Happy Diwali
Existió una vez un príncipe y una princesa. Se llamaban Rama y Sita y vivían felizmente en Ayodhya. Lamentablemente, las circunstancias hicieron que, después de casados, tuvieran que partir al exilio. Sita, que era caprichosa, envió a su marido a cazar un venado dorado.
Existió una vez un príncipe y una princesa. Se llamaban Rama y Sita y vivían felizmente en Ayodhya. Lamentablemente, las circunstancias hicieron que, después de casados, tuvieran que partir al exilio. Sita, que era caprichosa, envió a su marido a cazar un venado dorado.
Existió una vez un príncipe y una princesa. Se llamaban Rama y Sita y vivían felizmente en Ayodhya. Lamentablemente, las circunstancias hicieron que, después de casados, tuvieran que partir al exilio. Sita, que era caprichosa, envió a su marido a cazar un venado dorado. El diablo Ravana, disfrazado, engañó a la princesa y se la llevó a su palacio. Rama, al enterarse de lo sucedido, salió en auxilio de Sita siguiendo las lámparas que los habitantes habían colocado para que encontrara el camino. El príncipe libró así contra el demonio una famosa batalla de la que salió victorioso, recuperando a su esposa y su reinado.
La leyenda se volvió tradición y la tradición se convirtió en una fiesta que se celebra el decimoquinto día de la quincena oscura del mes de karttika: la gente estrena ropa nueva, las casas se decoran con lámparas de aceite, se organizan banquetes con dulces y se realizan regalos a los seres queridos. La diosa que preside esta festividad es Lakshimi, otorgando prosperidad y riqueza a quienes la veneran…
Estoy hablando del Diwali, la entrada del año nuevo hindú, cuyo nombre se refiere a las filas de diyas o lámparas de arcilla que se colocan a modo de decoración. La fiesta, que dura hasta cinco días, conmemora el triunfo del bien sobre el mal, de la victoria del dharma (virtud) frente al adharma (falta de virtud).
Si, lejos de la historia, sólo os hubiera hablado de regalos, dulces, familia y la adoración a Dios, todos habríais pensado en la Navidad y el Niño Jesús. Pero siempre tenemos tendencia a hacer grandes las diferencias que nos separan, olvidando los nexos de unión que nos asemejan. La diversidad es riqueza, pero en esencia todos somos seres humanos. Distintas culturas no son tan distintas. Happy Diwali.