De corruptione
En los países occidentales, como España, China suele caracterizarse como un país extremadamente corrupto, debido a que no es una democracia homologada (con Occidente) y que no es un Estado de Derecho.
En los países occidentales, como España, China suele caracterizarse como un país extremadamente corrupto, debido a que no es una democracia homologada (con Occidente) y que no es un Estado de Derecho.
El ex-número dos del Ejército de Liberación Popular, Xu Caihou, ha confesado haber recibido sobornos a cambio de favores mientras se mantuvo como general en activo. El de Xu es el suma y sigue de la campaña anticorrupción del presidente Xi Jinping con la que pretende hacer frente a uno de los principales focos de erosión de la imagen del Partido Comunista Chino como agente principal del ascenso del país a primera potencia mundial.
En los países occidentales, como España, China suele caracterizarse como un país extremadamente corrupto, debido a que no es una democracia homologada (con “Occidente”) y que no es un “Estado de Derecho”.
Sin embargo, los últimos escándalos que la prensa ha aireado en España nos hacen dudar de que esas críticas hacia el gigante asiático tengan algún fundamento. Pero si además, distinguimos, como hace Gustavo Bueno en “El fundamentalismo democrático”, entre corrupción delictiva (la tipificada en el Código Penal) y la no delictiva (no tipificada), podríamos concluir que, en cuestión de corrupción, España gana a China por goleada.
Los casos de Pujol, Bárcenas, Gurtel, los EREs de Andalucía o recientísimamente Fernández Villa, Francisco Granados o Javier Trías, son casos de corrupción delictiva, pero esta corrupción es un chiste comparada con la corrupción de tolerar, ponderar y financiar desde la Nación a partidos y gobiernos regionales cuya razón de ser es la destrucción de esa misma nación. Y todo ello, en nombre de la democracia y el respeto a la pluralidad. Esta corrupción, no delictiva, genérica, es mucho más peligrosa que el sempiterno y prosaico mangoneo de los políticos profesionales.
En China hay corrupción delictiva, politicuchos que aceptan sobornos y roban del erario público, pero no verán sus ojos que en la Asamblea del Pueblo se sienten, con todos los honores, terroristas y separatistas.