Era un cabrón, aunque esté muerto
Será que la muerte ya es suficiente jodienda. Será que tememos al mal fario. Será que en el fondo pensamos que le debemos nuestros respetos al cadáver.
Será que la muerte ya es suficiente jodienda. Será que tememos al mal fario. Será que en el fondo pensamos que le debemos nuestros respetos al cadáver.
Será que la muerte ya es suficiente jodienda. Será que tememos al mal fario. Será que en el fondo pensamos que le debemos nuestros respetos al cadáver. Será que nos da miedo mentar a la bicha para que no mienten la nuestra, ni saquen nuestras miserias, ni nos entierren un poco más hondo de lo normal.
Pero nadie se mete con el muerto.
Y, verán. Les confieso que, a veces, ante determinados ataúdes, echo de menos alguien que tenga el valor de decir “no os olvidéis, era un cabrón, con todas las letras. El mundo es mejor sin él”.