Niños con banderas

Una cosa es agitar una bandera cuando pasa un Papa, los jugadores de la selección o el presidente del país y otra es agitar una bandera contra algo, contra otros. Y si es contra algo ¿porqué meter a los niños en eso? No es inocente un niño agitando una bandera reivindicativa.

Algo me choca al ver a niños agitando banderas que no sean de un equipo de fútbol. Banderas de países, de clubes, de colegios…bueno… La mayoría unen a grupos, aficiones, sociedades, pero otras las parten en dos. Dejando de lado lo folclórico-festivo, me pregunto ¿por qué niños con banderas? En primer lugar ¿por qué tienen en sus manos esas banderas y no otras? Porque sus padres se las han dado. ¿Por qué las llevan a la calle? Porque sus padres también lo hacen ¿por qué las agitan en público? Porque se lo han visto hacer a sus padres y además, son animados por ellos, no les parece mal, y a los líderes de sus padres les parece mejor, porque tiñe de inocencia su reivindicación.

¿QUÉ reivindicación?  La que sea, todo queda mejor, más limpio, en manos de un niño. Pero si los padres utilizan esa bandera contra alguien, contra sus vecinos, contra lo establecido, ¿qué pintan los pobres e inocentes niños agitando algo que ni muchos de sus mayores saben defender con la palabra?Una cosa es agitar una bandera cuando pasa un Papa, los jugadores de la selección o el presidente del país y otra es agitar una bandera contra algo, contra otros. Y si es contra algo ¿por qué meter a los niños en eso? No es inocente un niño agitando una bandera reivindicativa. Es más bien una amenaza de sus mayores dirigida a sus enemigos “mirad,  estos niños son el futuro, son nuestros soldados futuros, si no ganamos nosotros ahora, ellos continuarán nuestra batalla”.Quieren tener soldados, militantes, en vez de niños, o mejor, los quieren bien niños para que les resulte más fácil educarlos para soldados, para la causa.

Del “dejad que los niños se acerquen a mi” podríamos pasar a versión “dejad a los niños en paz”En estos tiempos tan celosos de la intimidad de los niños, de los derechos de los niños, es alarmantemente llamativa su utilización para causas sólo soportadas por el fanatismo de sus padres.