Unas risas con el Doraemon que se atreve a tener sexo ante Kim Jon Un
Porque en Corea del Norte sólo sobreviven los más leales al régimen, los que delatan a sus vecinos, los que dan su vida por el líder.
Porque en Corea del Norte sólo sobreviven los más leales al régimen, los que delatan a sus vecinos, los que dan su vida por el líder.
Esta foto da mucha risa. Hasta que nos imaginamos las consecuencias. Esta foto es de las que se convierten en virales y provocan carcajadas hasta que casi todos los que están en ella, incluido el fotógrafo al otro lado, acaban en campos de concentración o ejecutados. Por estar ahí. Por no darse cuenta. Por hacer la foto. Por distribuirla.
Nos reímos por esos peluches en posición de mira-a Cuenca-que-te-voy-a-dar mientras Doraemon guiña un ojo de placer. Nos reímos del absurdo corte de pelo de Kim Jon Un (y ese tupé familiar para que los herederos de la dinastía parezcan algo más altos) pero sobre todo de que hayan pillado al hermético líder con un cigarro en la mano.
Nos reímos del envoltorio rosa que rodea al gran timonel. Y de los gestos de sumisión, babeo y éxtasis de los que le rodean. Una imagen digna de figurar en posición de honor en el tumblr de KimJonUnlookingathings.
Pero en esa habitación de sueños infantiles y cuentos de hadas que seguro que no duermen niños. Porque en Corea del Norte más de la mitad de los niños menores de siete años sufren algún tipo de malformación o atrofia física o mental por culpa de la desnutrición, según Unicef y la ONU. Porque en Corea del Norte se cometen “atrocidades indescriptibles» hacia casi todos sus ciudadanos, según un informe de la ONU de febrero de 2014, en el que se compara la situación actual del país a las atrocidades nazis. Hasta 120.000 hombres, mujeres y niños están internos en terribles campos de concentración donde, tras jornadas de trabajos forzosos de 18 horas y apenas 100 gramos de papilla como alimento, van muriendo de hambre, frío, enfermedades curables o accidentes. Campos en los que se lanza a perros a matar a niños, o se les entierra vivos para diversión de los guardias. Campos en los que los guardias reciben como recompensa una carrera universitaria si matan y recuperan el cadáver de los desertores.
Porque en Corea del Norte sólo sobreviven los más leales al régimen, los que delatan a sus vecinos, los que dan su vida por el líder. Porque en Corea del Norte el dinero se gasta en armas, o absurdos búnkeres kilométricos bajo tierra, o caprichos del líder, o gigantescas, estrambóticas e inútiles construcciones para engrandecer la capital, mientras los coreanos mueren de hambre, frío y falta de libertad. Porque los norcoreanos crecen pensando que su vida es la única posible; no saben nada del exterior, ni siquiera lo que es un pantalón vaquero.
Así que sí, sigamos riéndonos de Doraemon y eso.