Tiempo para vivir
Yo, como la mayoría de la gente, no poseo una cuenta de ahorros tan abultada como la del señor Zuckerberg. Y no porque no trabaje, que quede claro, pero por regla general los sueldos medios no se acercan a lo que este señor factura ni en sueños.
Yo, como la mayoría de la gente, no poseo una cuenta de ahorros tan abultada como la del señor Zuckerberg. Y no porque no trabaje, que quede claro, pero por regla general los sueldos medios no se acercan a lo que este señor factura ni en sueños.
El tiempo es oro aunque para algunos más que para otros. Ejemplo de ello es Mark Zuckerberg, el muchacho que con apenas 30 años ha montado un imperio de la mano de su creación: Facebook. Su logro no viene de la nada; muchas horas de esfuerzo y de trabajo se esconden tras los millones de dólares que este joven talento ha conseguido amasar. En unas declaraciones recientes ha desvelado el porqué del gris de sus camisetas. Zuckerberg elige ese color para vestir porque así no tiene que perder el tiempo en decisiones absurdas. Para alguien cuyo tiempo bien vale unos cuanto ceros en la cuenta bancaria, cada minuto tiene un precio. ¿Malgastarlo en decidir si sudadera granate o camisa de cuadros? ¡Ni hablar!
Yo, como la mayoría de la gente, no poseo una cuenta de ahorros tan abultada como la del señor Zuckerberg. Y no porque no trabaje, que quede claro, pero por regla general los sueldos medios no se acercan a lo que este señor factura ni en sueños. Sin embargo, puedo decidir si me pongo una falda de cuadros, o mejor salgo a trabajar en vaqueros, sin ningún remordimiento. Puedo hacerlo, y me gusta. Y decantarme por bocadillo o croissant, por subir en ascensor o usar las escaleras, por comprar el diario o leerlo online… Puedo “malgastar” esos cinco, diez, o treinta minutos de mi tiempo en tomar decisiones absurdas, sí, pero que hacen que mi vida sea como es. Al fin y al cabo, la vida hay que vivirla, sin ser esclavo de un trabajo y dándose uno margen para “perder el tiempo”. Porque el tiempo que dediquemos a cada uno de los detalles mencionados no es tiempo perdido…es tiempo invertido en algo que, con las prisas, a veces se nos olvida: vivir.