Caca de la buena
Cágate por la Tierra o Yo, por mi planeta, cago, podrían ser dos buenos eslóganes para acompañar a los autobuses movidos por gas biometano procedente de desechos humanos que se han puesto en marcha en el Reino Unido.
Cágate por la Tierra o Yo, por mi planeta, cago, podrían ser dos buenos eslóganes para acompañar a los autobuses movidos por gas biometano procedente de desechos humanos que se han puesto en marcha en el Reino Unido.
“Cágate por la Tierra” o “Yo, por mi planeta, cago”, podrían ser dos buenos eslóganes para acompañar a los autobuses movidos por gas biometano procedente de desechos humanos que se han puesto en marcha en el Reino Unido.
Algo deben de tener los autobuses en la Pérfida Albión que resultan ser el soporte favorito para campañas bizarras. A principios de 2009, una columnista del Guardian, apoyada por el agnóstico inculto Richard Dawkins, lanzó la famosa campaña de los autobuses teopublicitarios que decían aquello de: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta”. Eslogan que dejaba transpirar un fondo de felicidad canalla y ateísmo existencial de corte protestante.
La campaña fue adoptada inmediatamente en España, verdadero fondo de saco de toda la basura ideológica europea. Justo es que ahora adoptemos también los autobuses movidos por mierda, y aprovechando nuestro gusto por los estofados con alubias, judiones y todo tipo de legumbres, auguro que nuestros autobuses lo petarán en la M-30.
Aquellos países que carezcan de combustibles fósiles y que tienen que comprarlos a precio de oro en Oriente Medio, en Texas o en el Mar del Norte, o sencillamente, que tienen mucho soplagaitas de Greenpeace metido en los gobiernos regionales, podrán aprobar una ley patriótica que obligue a cumplir una serie de cuotas según planes quinquenales. La capa de ozono, los pulmones humanos y los presupuestos dedicados a enfermedades cardiorespitarias, se beneficiarían de una más que probable carrera escatológica por ver quién produce más mierda para sus coches, trenes, cazas de combate, tanques y portaaviones.
Los servicios de propaganda gubernamental, ya completamente conquistados por ecologistas, ingenieros y agentes de publicidad, no tendrán más remedio que adaptar el actual eslogan referido a nuestro querido planeta Tierra por uno que diga: “Caga, tu país te necesita”.