Tiempo y verdad
Parece que Heráclito tenía razón. Todo cambia. Lo que ayer era, hoy igual no es. Y sí, parece que todo va tan rápido, que no es posible bañarse dos veces en el mismo río.
Parece que Heráclito tenía razón. Todo cambia. Lo que ayer era, hoy igual no es. Y sí, parece que todo va tan rápido, que no es posible bañarse dos veces en el mismo río.
En el debate clásico entre Heráclito y Parménides, parece que Heráclito tenía razón. Todo cambia. Lo que ayer era, hoy igual no es. Y sí, parece que todo va tan rápido, que no es posible bañarse dos veces en el mismo río.
Hasta hace unos días, la versión oficial decía que Carlos Pizarro Leongómez, ex-candidato presidencial colombiano por el movimiento Alianza Democrática-M19 en el año 1990, había muerto en un amaño entre grupos de narcos y paramilitares. Su muerte se produjo a bordo de un avión de Avianca que cubría la ruta Bogotá-Barranquilla, siendo disparado por uno de los pasajeros que le acompañaban. Sin embargo, han surgido las dudas. La trayectoria de la bala no concuerda con lo registrado en el informe de balística. La historia en sí es digna de Hercules Poirot.
El procurador del caso apunta a que el asesinato podría haber sido llevado a cabo por agentes del Estado (o al menos habrían podido colaborar). Y esto no parece que vaya muy desencaminado dentro del clima de guerra sucia permanente que vivía Colombia en aquel entonces, cuando en sólo unos meses, entre agosto de 1989 y abril de 1990, tres candidatos presidenciales fueron asesinados.
Pues bien, el caso merece una solución. Para ello se ha decidido exhumar el cadáver casi un cuarto de siglo después de su muerte y saber la verdad. El tiempo y la ciencia determinarán cómo murió realmente. De cualquier forma, la historia está para ser cambiada. El tiempo pondrá las cosas en su sitio.
PD: Parménides sí tenía razón en que había algo que era inmutable: la muerte.