THE OBJECTIVE
Nestor Barreira

La vida entre penumbras

Hoy sigue siendo una realidad pero una realidad contra la que hay que luchar. Es el momento. #STOPDESAHUCIOS.

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La vida entre penumbras

Hoy sigue siendo una realidad pero una realidad contra la que hay que luchar. Es el momento. #STOPDESAHUCIOS.

En la más absoluta oscuridad me encontré hace más de diez años a un par de ancianos en su casa de A Coruña. Elaboraba un reportaje sobre la pobreza en España para el programa de investigación “Hora Límite” de Informativos Tele 5 que dirigía y presentaba mi gran amigo Luis Mariñas.

Me acuerdo perfectamente. Era media tarde y había poca luz. El centro de la ciudad cubierto de nubes y, a esas horas, súmale la altura de los edificios. Entras en una especie de neblina óptica a la que por allí ya estamos acostumbrados. Manuel y Lucía, vivían en una zona que podemos llamar buena, la calle Linares Rivas. Nada más cruzar el umbral de la puerta mi cámara y yo nos miramos extrañados. Manuel no había encendido ni una sola lámpara a lo largo del pasillo del primer piso en el que vivían. Al principio no le das importancia, pero reconozco que entre el tono de la entrevista y la cara de desesperación de aquel matrimonio no pegué ojo en toda la noche.
La luz de baja. La calefacción de baja.

“Manuel, ¿qué es de lo único de lo que no has querido prescindir en casa?”, le pregunté.

“Del teléfono y del agua”. Me espetó. “Es la única forma que tenemos de mantener contacto con el exterior y que nadie se dé cuenta de que no tenemos ni para leche”.

Ni sus hijos –crecidos-, ni sus vecinos, ni sus amigos sabían de sus penurias. Era peor experimentar en sus carnes el tremebundo “qué dirán” de una sociedad tan clasista como la coruñesa, que pasar hambre. Los años han desdibujado el “qué dirán” por el “qué me darán”. Hemos llegado a un nivel de falta de recursos tal que llega un momento en el que nada importa. Ni la luz, ni las sombras, ni el frío… La comida es otro cantar pero la falta de respuestas en nuestra sociedad… Eso no hay ser humano que lo resista. Me acongoja que esa sensación de desamparo y de la soledad más absoluta que yo sentí en casa de aquel matrimonio coruñés no se quedara con el paso de los años en una triste historia. Hoy sigue siendo una realidad pero una realidad contra la que hay que luchar. Es el momento. #STOPDESAHUCIOS.

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