Y Kathy pudo ver
Siguen las buenas noticias. Y se agradecen. Aunque sean pequeñas. Porque en lo pequeño está lo grande.
Siguen las buenas noticias. Y se agradecen. Aunque sean pequeñas. Porque en lo pequeño está lo grande.
Siguen las buenas noticias. Y se agradecen. Aunque sean pequeñas. Porque en lo pequeño está lo grande.
Kathy es ciega. Tiene un bebé recién nacido. Lo conoce muy bien. Sabe cómo es su cara, cómo son sus manos, sus pies. Sabe que es el más guapo de la vecindad, porque para eso no hace falta ver. Basta con ser madre.
Y, de repente, con unas gafas que alguien ha tenido el acierto de inventar y alguien ha tenido el acierto de fabricar y alguien ha tenido el acierto de llevarlas a la clínica, Kathy ve. Y comprueba lo que ya sabía, que un chaval como el suyo no hay en toda la comarca.
Hay inventos e inventos. No sé si el eSight se venderá mucho y si el inventor ganará mucho dinero.
Pero estoy seguro de que si ha visto la cara de Kathy al conocer al crío, habrá pensado que todos sus esfuerzos están amortizados.
Si además, lo comercializa, lo proporciona a muchas Kathys y se forra de ganar dinero, será el dinero mejor ganado de la historia.
Y yo me alegraré un montón.