Periodo de entreguerras
Pero no le demos más vueltas a una cuestión que no tiene más misterio que la de insertarse en las habituales campañas propagandísticas que acompañan a la rivalidad entre las naciones.
Pero no le demos más vueltas a una cuestión que no tiene más misterio que la de insertarse en las habituales campañas propagandísticas que acompañan a la rivalidad entre las naciones.
El parlamento ucraniano ha decidido por votación democrática que Rusia es un “Estado agresor” y ha comenzado una campaña diplomática para que parlamentos de todo el mundo se manifiesten de igual manera.
Dicha declaración, producto de la democracia procedimental (también llamada por Gustavo Bueno “democracia del autobús”, por lo de que los viajeros deciden por mayoría la ruta que se ha de seguir), resulta cuando menos curiosa cuando no va inmediatamente seguida de una declaración de guerra hacia el supuesto estado agresor. Esta es una pregunta pertinente. Si Ucrania declara abiertamente a Rusia como estado agresor ¿por qué no le declara la guerra y acabamos de una vez?
Evidentemente, la cosa no está tan clara porque el término “agresor” es tan amplio y sujeto a interpretaciones que se puede utilizar a gusto del consumidor. Pues tan agresor puede ser Rusia apoyando a los separatistas del Donbass, como EEUU y la UE apoyando previamente un golpe de estado antiruso en Kiev. Es lo que en términos aristotélicos se conoce como “matar la especie por el género”. Porque la cuestión es esta: ¿de qué tipo de agresión hablamos?
Pero no le demos más vueltas a una cuestión que no tiene más misterio que la de insertarse en las habituales campañas propagandísticas que acompañan a la rivalidad entre las naciones, sobre todo cuando arreglan sus diferencias por medio de la guerra entre terceros. En esta campaña se debe incluir también la no invitación de Rusia para asistir al 70 aniversario de la liberación de Auschwitz, que lo fue por el Ejército Rojo; pero sí de Poroshenko, el gángster que preside Ucrania con el beneplácito de la UE y EEUU, en cuyo país desfilan aún orgullosos los miembros de los batallones ucranianos que se unieron al ejército nazi durante la Operación Barbarroja. Los próximos años van a ser muy interesantes.