Hace tiempo que estamos en guerra y no queremos verlo
El terrorismo islámico no son solo cuatro locos, es un peligro mundial. Debemos escuchar a esos que lo están combatiendo y que lo están sufriendo. En España no dudo que veremos los mismos ataques tarde o temprano.
El terrorismo islámico no son solo cuatro locos, es un peligro mundial. Debemos escuchar a esos que lo están combatiendo y que lo están sufriendo. En España no dudo que veremos los mismos ataques tarde o temprano.
He visto la Yihad en la frontera Siria y la seguiré viendo en mi país, Europa es mi país y así lo siento. Este año muchos ucranianos me preguntaban porque iba a su país a cubrir un conflicto que no era de mi incumbencia, le respondía que no lo hacía por ser buena persona. Lo hacía por dinero y egoísmo. Ucrania son las puertas de Europa, lo mismo que Turquía, y no quería que se me cayera la cara de vergüenza si algún día tuviera que pedir ayuda si mi país se veía en una situación similar.
Fui por los mismos motivos a Siria, pero sabiendo que esa guerra ya se luchaba en muchos países que no eran solo Turquía. La falta de apoyos y mi responsabilidad profesional y personal me hicieron no entrar en la ciudad de Kobani y cubrir el conflicto desde la frontera. Desde el primer día sabía que la guerra llegaría a casa. Sí, es una guerra, solo se necesita uno para declararla. Mi fixer (traductor/ayudante local) me advirtió desde el principio que los luchadores kurdos tenían que saber quién era antes de entrevistarlos, envié fotos y di referencias porque si no estaban seguros terminaría mal si me confundían con un europeo que se dirigía a combatir con el Estado Islámico.
Los primeros números saltaban conforme pasaban los días: 700 franceses, 500 británicos. Nos contaban que eran gente integrada que vivía en Europa y que llegaban a luchar por la Yihad lo mismo que otras nacionalidades de origen kurdo llegaban a Suruç (en la frontera) y de ahí a Kobani para luchar contra el Estado Islámico. Hay muchas cosas que no podré olvidar, a los fotoperiodistas no nos enseñan que la guerra es sonido y olor. El olor de la miseria y de los muertos, y el sonido de los llantos y los morteros.
Fueron muchas familias las que nos contaron como decapitaban a sus hijos de 8 años en Raqqa, solo por ser kurdos y cómo eran los mercados de esclavos. Cómo Europa no lo veía o no ayudaba. Lo que les ha pasado a ellos nos llegará si nadie para al Estado Islámico. Lo sorprendente es que hablamos de más de tres millones de personas desplazadas sin hogar. Familias a las que les han decapitado, asesinado, violado, masacrado, mutilado a sus hijos, que a los que viven les han capado el futuro.
El terrorismo islámico no son solo cuatro locos, es un peligro mundial. Debemos escuchar a esos que lo están combatiendo y que lo están sufriendo. Para aquellos que no ponen la radio en inglés o francés, en España no dudo que veremos los mismos ataques tarde o temprano. Nos lo han dicho y repetido. El número de personas motivadas a luchar por un terrorismo islámico con pasaporte español se cuenta a decenas.