De engaños y miserias
No es demagogia. No quiero decir que Grecia sea Venezuela, ni que Varufakis sea Marco Torres, ni Tsipras Maduro.
No es demagogia. No quiero decir que Grecia sea Venezuela, ni que Varufakis sea Marco Torres, ni Tsipras Maduro.
Observo la foto de Kai Pfaffenbach, el gesto de Varufakis, el ministro griego de la pasta, sonriente y en jarras frente a los micros, con un tipo que vigila la escena de medio lado, y no puedo evitar recordar lo que estoy viviendo en el lugar en el que escribo estas líneas: Caracas, capital de Venezuela. Donde ni en los hoteles de lujo te pueden ofrecer leche en el desayuno.
No es demagogia. No quiero decir que Grecia sea Venezuela, ni que Varufakis sea Marco Torres, ni Tsipras Maduro. Pero el chavismo ha sido y es inspirador de movimientos político-sociales que se extienden no solo por América, sino por otros continentes, con un elevado riesgo de que el engaño al que Chávez sometió a su pueblo, conduciéndole a la catástrofe que padece hoy, se consume fruto del hartazgo del personal, del fracaso de una partitocracia incapaz de regenerarse, de una corrupción insoportable y de una crisis económica de fuste.
La victoria de Syriza en Grecia ha generado esperanza en unos y preocupación en otros, en Grecia y en muchos países. Tsipras y Varufakis andan de road show por Europa. Han modificado algo su discurso, e incluso Varufakis le ha dicho al Financial Times que buscará el superávit en el presupuesto aunque ello suponga no poder cumplir algunas promesas electorales de gasto público. La deuda es mucha deuda y tanto ellos como la troika no quieren romper la baraja. Es una partida de mucho nivel, de enorme enjundia, y de solución difícil. Y encontrarán un espacio de acuerdo, cediendo los unos y los otros. Por ahora el BCE aprieta, le corta el crédito a la banca griega y deja de aceptar sus bonos como garantía de pago a partir del día 11, y el Ejecutivo de Tsipras lo tiene crudo. Ellos no pueden afrontar por sí mismos un rescate bancario. Los ciudadanos griegos ven las orejas al lobo y será interesante su reacción ante lo que se les puede avecinar. Y las advertencias de los mandamases comunitarios son un aviso a navegantes de otros países de la zona euro.
Hay muchos mundos en el mundo, sí. Hay muchos modelos sociales y políticos. Por eso es importante conocer los mundos, al detalle, para no replicar modelos que solo llevan a la desesperación, la miseria y la ausencia de democracia.