El órdago griego
La historia económica de Grecia revela que es uno de los países que más veces ha incurrido en default. El nuevo gobierno de Tsipras ha lanzado un órdago: se niega a negociar con la Troika y defiende que van a poner fin a la austeridad.
La historia económica de Grecia revela que es uno de los países que más veces ha incurrido en default. El nuevo gobierno de Tsipras ha lanzado un órdago: se niega a negociar con la Troika y defiende que van a poner fin a la austeridad.
La historia económica de Grecia revela que es uno de los países que más veces ha incurrido en default. Sirva de ejemplo que desde su independencia Grecia ha incurrido 6 veces en default y ha estado en crisis 90 de los últimos 192 años.
El nuevo gobierno de Tsipras ha lanzado un órdago: se niega a negociar con la Troika y defiende que van a poner fin a la austeridad. El tour de Varufakis por el continente europeo durante la semana pasada ha puesto de manifiesto que a partir de ahora las cosas van a ser diferentes y que van a hacer todo lo que esté en su mano para cambiar las condiciones impuestas por la troika.
La propuesta: nuevas fórmulas que pretenden vincular el pago de su deuda al crecimiento económico, o los llamados «perpetual bonds». Todo ello después de una quita de un 50% de la deuda de inversores privados por valor de 100.000 millones de euros y después de dos rescates por valor de 240.000 millones (la suma es superior a la cantidad que el Plan Juncker va a suponer para toda Europa), siendo los principales acreedores de estos últimos los países de la eurozona, aquellos que permitieron su entrada en el euro cuando debió haberse condicionado. Por lo que parece ahora lo que se quiere condicionar es el pago de la deuda y quebrantar de nuevo las reglas.
Todo ello conlleva enviar un peligroso mensaje a los ciudadanos de los países periféricos: “Opten por las alternativas radicales, sí se puede”. Algo que se alienta en mayor o menor medida con los mensajes tibios que defienden acabar con la austeridad, el último en subirse al carro ha sido el Presidente Obama. Tal vez otro gallo cantaría con una política monetaria menos laxa, pero ya saben ahí están la FED y el BCE para darle al botón de la impresora y proporcionar otra dosis de gas de la risa monetario y seguir sosteniendo, cada vez por menos tiempo, lo que es insostenible.