"Tic, TAC, tic, TAC"

El hartazgo y la desilusión por el pasado son comunes, pero es la única vía posible para poder proyectar el futuro. Porque queda claro una cosa, y es que se puede gobernar de dos formas

1 de febrero de 2015, el reloj echó a andar ayer desde Cibeles hasta la Puerta del Sol en Madrid. El pueblo se moviliza, unos dicen que se personaron 300.000 asistentes al acto, otros que no llegaron ni a los 100.000, y otros que faltaron 42 millones de personas, porque es más importante muchas veces los que se abstienen, a los que van.

De una manera o de otra, hay que ahondar más en el sentimiento y en el fondo del acto, que en quienes lo convocan o quienes acuden. Ayer se presentó una gran parte de la mayoría, más simple que absoluta, pero con unas innegables ganas de lavar el panorama social político español. Una imagen clarividente de que hemos tocado fondo y que ninguna de las noticias de corrupción que se emiten en televisión, ni nos corresponde, ni nos benefician.

El hartazgo y la desilusión por el pasado son comunes, pero es la única vía posible para poder proyectar el futuro. Porque queda claro una cosa, y es que se puede gobernar de dos formas:

“Una es con galones y otra con puntería”.