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Extraña guerra, paz rara

El de Minsk es uno de esos teatrales armisticios que sirven para dar tiempo a que los contendientes se avituallen mejor. Todo está lleno de malentendidos. Ucrania es tierra de frontera entre los dos bloques europeos: la UE y Rusia.

Opinión
  • Sociólogo español, colaborador habitual de medios de comunicación. Es catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense. Realizó estudios de postgrado en la Universidad de Columbia y ha sido profesor visitante en las de Yale y Florida y en El Colegio de México.

El de Minsk es uno de esos teatrales armisticios que sirven para dar tiempo a que los contendientes se avituallen mejor. Todo está lleno de malentendidos. Ucrania es tierra de frontera entre los dos bloques europeos: la UE y Rusia.

El de Minsk es uno de esos teatrales armisticios que sirven para dar tiempo a que los contendientes se avituallen mejor. Todo está lleno de malentendidos. Ucrania es tierra de frontera entre los dos bloques europeos: la UE y Rusia. Bastaba con la reunión de Merkel y Putin para llegar al acuerdo de que no están de acuerdo. Nadie sabe qué pinta el presidente de Francia en la ceremonia. Merkel se compromete a proveer de “armas defensivas” a los ucranianos. ¿Chalecos antibala? ¿Refugios? Putin asegura que sus tanques y misiles son “ayuda humanitaria”. Los Estados Unidos contemplan de lejos el nuevo decorado de la Guerra Fría.

Putin, investido de zar de todas las Rusias, ya se ha apoderado bonitamente de Crimea, y terminará por fagocitar a Ucrania entera. Constituye la zona más rica del añorado imperio. Pero (ay) es también de influencia cultural alemana. Representa algo así como un choque de placas tectónicas.

En la foto Putin parece ofrecer la mano a sus adversarios, pero no dará su brazo a torcer. El pulso continúa. La Paz de San Valentín promete ser efímera. Solo es la tregua antes de la llegada de la primavera. Ucrania no tiene más remedio que proveerse de armas ofensivas norteamericanas. Es una guerra en toda regla, aunque no se haya declarado.

A todo esto, ¿dónde está la ONU? Incapacitada, como acostumbra, pues Rusia goza del derecho de veto en el Consejo de Seguridad. El asunto no es el secesionismo de la Ucrania rusófona, sino simplemente del expansionismo de Putin. Anda cariacontecido por el desplome del precio del petróleo y la amenaza terrorista en los bordes de su territorio. Mala suerte para la aventura de extraer petróleo del círculo polar. Necesita una victoria simbólica, y la de Ucrania es la más sencilla.