Sonia joven afortunada

Pero Sonia, esta niña de once años, es una privilegiada ya que no tiene ninguna discapacidad, porque si la tuviera, como la tienen uno de cada diez niños con SIDA en Zambia, tendría grandes dificultades para ser medicada.

La noche de los Oscar requiere una preparación exhaustiva. Seis meses antes del evento, las actrices ya están trabajando en la durísima decisión de preparar su imagen para ese día.

Sonia Matanga es afortunada, no tiene que acudir a estos premios, y no tendrá que tomar estas difíciles decisiones.

El vestido elegido tiene gran importancia. Las actrices pasan largas jornadas recorriendo los mejores ateliers del mundo para conseguir el modelo con el que acudirán a la gala, la decisión es importante, hay que destacar. Vestidos entre 10.000 y 100.000 dólares serán estudiados al detalle.

También hay que cuidar la imagen. Los tratamientos de belleza, faciales y corporales, son agotadores, pero el dermatólogo Tony Nakhia puede ayudarnos. Sus tratamientos exclusivos para estos premios pueden llegar costar hasta 30.000 dólares pero te aseguran estar perfecta.

En Zambia no tienen este problema. Muchos enfermos de sida no tienen dinero para comer, así que cada día están más delgados. En Uganda se empezó a llamar al SIDA “la enfermedad de la delgadez”, los enfermos acaban consumiéndose, convirtiéndose en esqueletos cubiertos de piel.

Sonia tiene suerte, pues no tendrá que acudir a gimnasios, endocrinos y saunas para lograr estar delgada. Seguramente tendrá la talla que todas las actrices soñarían.

La elección del maquillador, para la noche de los Oscar, puede costar verdaderos quebraderos de cabeza, una vez elegido, el coste de la sesión de maquillaje para ese día puede oscilar entre los 1.500 y los 4.000 dólares.

Otro tema importante es el cuidado de los pies, muchas actrices llevan sandalias y no pueden permitirse una imperfección en esta zona del cuerpo. En Zimbabue, sin embargo, como no tienen zapatos ni botas, tampoco utilizan sandalias y nadie se pone a observar sus pies llenos de ampollas y sarpullidos infectados por los miles de insectos que se esconden en la hierba.

A muchos infectados de VIH en Zambia les prescriben medicinas que no pueden comprar y por eso muchos enfermos de SIDA mueren, provocando una catástrofe en su familia, nutrida con la ayuda alimentaria que el estado concedía al enfermo. Ayuda que la familia deja de percibir al morir este.

Pero Sonia que nació seropositiva, es afortunada, recibe ayuda de los Jesuitas en la Misión de Chikuni, así que ella no morirá de hambre por ahora. Además en la Misión los instruyen para realizar una serie de trabajos, con los que en un futuro podrá llegar a subsistir.

El sida es una enfermedad incurable, por el momento, así que Sonia deberá tomar medicamentos de por vida. El precio de estos, muy inferior al precio del vestido o de las joyas que las actrices lucieron la noche de los Oscar, es inalcanzable para muchos enfermos de sida en Zambia.

Pero Sonia, esta niña de once años, es una privilegiada ya que no tiene ninguna discapacidad, porque si la tuviera, como la tienen uno de cada diez niños con SIDA en Zambia, tendría grandes dificultades para ser medicada. Las niñas discapacitadas registran altos índices de violencia sexual, con lo cual aumentan enormemente sus posibilidades de infectarse y como además, las niñas discapacitadas necesitan un familiar que les acompañe a la consulta del médico, a veces faltan a las citas, con lo que son calificadas de “incumplidoras” y muchas veces se les elimina de las listas de ayuda y de los servicios médicos de esta enfermedad.

Cuando una actriz muy famosa, por fin completa todo el attrezzo que lucirá en los Oscar, puede haber llegado a gastar un millón de dólares, las actrices menos conocidas pueden gastar una cantidad menor, aproximadamente 300 o 400 mil dólares. Pero no nos inquietemos, este gasto no afecta en absoluto a Sonia, ella no está invitada a la gala.