MyTO

Soy Charlie, no soy Charlie… ¿quién soy?

Ahora el Charlie del perrito perseguido busca la complicidad de todos, pensando en la frase de las pancartas: Yo soy Charlie.

Opinión
  • Periodista, licenciado en sociología y profesor universitario. Master en Periodismo por la Universidad de Columbia y posgrado del Instituto para el Desarrollo de Periodismo Internacional de Berlín (IIJB), reside en Barcelona, donde dirige el Master de Periodismo BCNY.

Ahora el Charlie del perrito perseguido busca la complicidad de todos, pensando en la frase de las pancartas: Yo soy Charlie.

Esta semana comenzó a circular de nuevo la revista Charlie Hebdo. Así se ven los sobrevivientes de la revista mártir, según el dibujo de Luz en la portada: como un perrito asustado, con los ojos como platos, que huye de sus perseguidores con un Charlie enrollado en las fauces.

¿Quiénes son sus perseguidores? El jihadista con vincha y fusil; Marine Le Pen; Nicolas Sarkozy; el Papa de Roma; un empresario de corbata que mordisquea euros… todos quieren atrapar al perrito y destrozarlo a mordiscos. Es la portada más dramática que haya hecho jamás un medio sobre sí mismo.

¿Quiénes los seguirán en esta carrera? ¿Serán muchos? Después de la masacre del 7 de enero, el seminario sacó un número especial: sus ocho millones de ejemplares desaparecieron como pan caliente. Era un “no” rotundo a quienes acallaron la pluma con el fusil.

Ahora el Charlie del perrito perseguido busca la complicidad de todos, pensando en la frase de las pancartas: Yo soy Charlie. Los que mataron a los dibujantes atentaron contra la democracia, la libertad de pensamiento, los humoristas, la vida. Yo soy Charlie porque en el mundo en el que quiero vivir no caben los que asesinan a quien dibuja algo que no les gusta.

Pero en estas semanas arreció también una contra-campaña: Yo no soy Charlie. Casi todos estos manifiestos comienzan por condenar el ataque. Pero defender la vida de los dibujantes, dicen, no es lo mismo que defender su forma de entender la libertad y el humor. No está bien insultar, burlarse de las creencias del otro.

Ahora que Charlie vuelve a ser una revista, ¿queremos ponerla como modelo del periodismo y el humor que nos gusta y nos hace gracia? ¿Charlie sí o Charlie no? ¿Se venderán los dos millones y medio de ejemplares del perrito?

Yo defiendo su vida y sus derechos. Pero no cuenten conmigo. No me suscribiré.