Israel advierte, EE.UU. negocia

La postura de Netanyahu resulta comprensible si se tiene en cuenta que Irán es un Estado que abiertamente expresa su deseo de destruir Israel.

La comparecencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante el Congreso de Estados Unidos advirtiendo de los peligros de negociar con Irán en materia nuclear no ha pasado desapercibida. Han sido múltiples las reacciones que ha suscitado, desde las 26 interrupciones debidas a los aplausos de los congresistas, entre ellos muchos demócratas – pese a la delicada relación que mantienen Obama y Netanyahu – hasta la del ex jefe del Mossad, Meir Dagan, que ha llegado a manifestar que parte del discurso de Netanyahu era basura.

El hecho es que es la postura de Netanyahu resulta comprensible si se tiene en cuenta que Irán es un Estado que abiertamente expresa su deseo de destruir Israel. Muchas complejidades se presentan en el escenario actual: DAESH – o Estado islámico – condiciona las negociaciones entre el P5+1 e Irán puesto que Irán puede pasar a ser un aliado para la derrota del mismo. La visión, un tanto ingenua, de Obama de que las negociaciones pueden ser la vía adecuada para que Irán adopte una postura diferente a la que mantiene actualmente en relación a Israel también pesan a la hora de adoptar una decisión. No obstante, como indicaba Netanyahu en su discurso, el hecho de tener un enemigo común con otro enemigo no implica que éste deje de ser mi enemigo. Asimismo, el fracaso de la primavera árabe resulta también un hecho que no puede pasar desapercibido para la Administración Obama a la hora de dar el siguiente paso.

Los detractores del discurso de Netanyahu han puesto de manifiesto que la proximidad de las elecciones en Israel devalúa la credibilidad de sus palabras. Es una de las razones que ha esgrimido Obama para no recibir a Netanyahu en su visita a EE.UU. Sin embargo, las negociaciones llevan estancadas desde diciembre y es ahora cuando se decidió retomarlas.

Que un “no-acuerdo” es mejor que un mal acuerdo es algo en lo que se ha insistido desde diversos foros, lo que no termina de estar claro es en qué sentido espoleará el discurso de Netanyahu a la Administración Obama.