30 años ya de esta guerra

El terrorismo y el fanatismo islamista lleva en guerra muchos años. Es un conflicto nuevo, pero es una guerra, y van a tratar de ganarla. Por eso cada batalla es importante, y las que se libran pisando tierra son esenciales.

Nos pilla lejos. Solo cuando golpean en nuestra casa, o cerca, nos acordamos de ellos y algunos dicen “Yo soy Charlie”. El terrorismo y el fanatismo islamista lleva en guerra muchos años. Es un conflicto nuevo, pero es una guerra, y van a tratar de ganarla. Por eso cada batalla es importante, y las que se libran pisando tierra son esenciales. Cada día hay combates, pero solo nos enteramos de unos pocos. Ahora ha sido en Tikrit, enclave importante de Irak, la ciudad natal de Sadam Hussein. El Ejército iraquí le ha infligido una importante derrota al ISIS en una operativo militar conjunto capitaneado por el general iraní Soleiman, y han recuperado este enclave.

La imagen de Ahmad al Rubaye muestra a los soldados celebrando la victoria al uso. Disparando al aire. Respirando polvo tras acabar con los francotiradores del ISIS. En un combate que ha dejado muertos, pero que va a evitar otros muchos.

Pero esta guerra no la tenemos lejos, está en casa, y van a cumplirse treinta años desde su comienzo en lo que atañe a España. Si. Treinta años hace en nada del tercer atentado más grave sucedido en España tras el 11-M e Hipercor. Fue el del bar El Descanso, en Torrejón de Ardoz. Un atentado islamista que acabó con la vida de 18 personas. Iban a por los americanos de la Base Aérea, pero todos los muertos fueron españoles. Uno de los implicados fue el famoso Setmarian, relacionado también con el 11-M, al que dan por muerto muchos mientras otros que saben creen que está vivo, más que vivo. Pero casi nadie recuerda ya El Descanso, y sus muertos.

Es una guerra ahora contemporánea. Y conviene que no la veamos como un problema lejano. Nos afecta de lleno. Si no queremos darnos cuenta lo pagaremos caro. Me tranquiliza saber que nuestros servicios de información lo tienen como prioridad, y hacen su trabajo en general de forma más que adecuada. Pero con medios limitados. Insisto, ni ha empezado ayer ni es un asunto de tierras lejanas. Es un asunto de los nuestros, de fuste, y no le prestamos la atención debida.