Torrente en la Casa Blanca
Clancy sostiene que los miembros de esa fuerza élite encargada de la protección presidencial viven dentro de una cultura en la que se propicia el consumo de alcohol, al que recurren por la intensidad y la tensión de sus misiones.
Clancy sostiene que los miembros de esa fuerza élite encargada de la protección presidencial viven dentro de una cultura en la que se propicia el consumo de alcohol, al que recurren por la intensidad y la tensión de sus misiones.
Trabajar como guardaespaldas de Obama produce estrés, y de eso a la botella hay un paso. La frase no es de ninguna piadosa madre de esas que te decían: “hijo, no fumes porros, que se empieza con una caladita y se acaba pinchándote heroína». La afirmación es de Joseph Clancy, director interino del Servicio Secreto de los EEUU. Clancy sostiene que los miembros de esa fuerza élite encargada de la protección presidencial viven dentro de una cultura en la que se propicia el consumo de alcohol, al que recurren por la intensidad y la tensión de sus misiones.
Su discurso no convenció a los legisladores en su comparecencia en el Congreso en Washington. La demócrata Nita Lowey calificó de «escandaloso» el suceso por el que dos miembros del Servicio Secreto chocaron contra una valla de seguridad de la Casa Blanca después de haber ingerido unos cuantos bourbons de más.
Me imagino la barra del bar y los dos guardaespaldas retándose: “¿a que no hay cojones de empotrar el carro contra la valla de la casa del jefe?”. Si los hubo. Como también los hubo en 2012 los días previos a la Cumbre de Las Américas en Cartagena de Indias. Colombia. En aquella ocasión, los agentes responsables de la seguridad del presidente se corrieron una juega en compañía de prostitutas, regada con mucho alcohol. Quizás también el sexo de pago es una salida a tanto estrés. Por aquellos días, varios medios estadounidenses sacaron a la luz el dicho interno por el que estos juerguistas armados conjuran su pacto de silencio cuando viajan: “Ruedas en el aire; anillos fuera” (“Wheels up, rings off”).
¿Tan difícil es crear un anillo de seguridad seguro para el presidente de los Estados Unidos? Después de leer estas historias en New York Times o Washington Post, recupero mi orgullo español. Torrente existe y protege la Casa Blanca.