THE OBJECTIVE
Gabriel González-Andrio

Menos observadores y más ejecutores

Ya estamos acostumbrados a que la ONU llegue tarde y mal a los conflictos internacionales, pero hombre yo les pediría un poquito de por favor.

Opinión
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Ya estamos acostumbrados a que la ONU llegue tarde y mal a los conflictos internacionales, pero hombre yo les pediría un poquito de por favor.

No sé si alguien ha podido acostumbrarse a este tipo de imágenes. Yo, en absoluto. Un abuelo lleva en brazo una niña ensangrentada, quizá su nieta, una criatura indefensa que ha estado muy cerca de morir por culpa de unos fanáticos. Unos tipos que han decidido acabar con todo y con todos los que no se sometan.

En este caso fue en una mezquita de Yemen, el otro día fue en un museo y antes en un supermercado. Da igual, lo importante es sembrar el terror, el dolor y la desesperación. La ONU nos dice ahora que el Estado Islámico (EI) será llevada ante la Corte Penal Internacional.

La verdad es que no sé a qué esperaba para hacerlo. ¿Necesitaban aún más pruebas? Decapitaciones masivas y selectivas televisadas, fusilamientos, violaciones, secuestros, esclavitud, extorsión… Estos observadores son unos visionarios, no cabe duda. Comentan en Naciones Unidas que los yihadistas han cometido en Irak los tres delitos más graves: genocidio, crímenes contra la humanidad y de guerra. Creo que los del EI están aún regodeándose. “Estos occidentales no se enteran”.

Ya estamos acostumbrados a que la ONU llegue tarde y mal a los conflictos internacionales, pero hombre yo les pediría un poquito de por favor. ¿Hace falta que pasen todas estas atrocidades para una resolución así? Decía Kofi Annan que el genocidio -la destrucción de un pueblo entero por sus orígenes étnicos o nacionales- se ha convertido en una palabra de nuestra época, una realidad horrenda que exige una respuesta histórica.

Pues me temo que la respuesta está siendo excesivamente lenta y torpe. Nadie dice que las cosas sean fáciles ni que no haya que aplicar la diplomacia y agotar todas  las vías posibles. Pero no se puede ser tibio. Está en juego el futuro de varias generaciones.

Permítanme parafrasear a Miguel de Cervantes (noticia tras el hallazgo de sus restos): “encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suelen llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas”.

Pues eso que nos queda.

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