La cuestión gramatical
Unos meses después de lo de Arizona, frente al Consejo de Ministros, los periodistas españoles hubieron de recordar aquel viernes remoto en que Rajoy anunció una «línea de financiación» en lugar de un rescate. Es el realismo mágico español. Porque aunque en la práctica era un rescate, igual que en la práctica es una muerte en Utah, la cuestión gramatical modifica el mensaje.
Unos meses después de lo de Arizona, frente al Consejo de Ministros, los periodistas españoles hubieron de recordar aquel viernes remoto en que Rajoy anunció una «línea de financiación» en lugar de un rescate. Es el realismo mágico español. Porque aunque en la práctica era un rescate, igual que en la práctica es una muerte en Utah, la cuestión gramatical modifica el mensaje.
Lo crean o no, Utah quiere una pena de muerte «humana». La inyección letal, parece, produce una angustia lenta y grumosa. En 2014, costó dos horas matar por inyección a un preso en Arizona. El debate está en el método, no en la sentencia, de modo que volverá el pelotón de fusilamiento, que mata en un suspiro. El Senado lo aprobó. El gobernador Gary Hebert también.
Unos meses después de lo de Arizona, frente al Consejo de Ministros, los periodistas españoles hubieron de recordar aquel viernes remoto en que Rajoy anunció una «línea de financiación» en lugar de un rescate. Es el realismo mágico español. Porque aunque en la práctica era un rescate, igual que en la práctica es una muerte en Utah, la cuestión gramatical modifica el mensaje.
En España pasa como en Macondo: podemos olvidar los nombres de las cosas en un estado de alucinación y perplejidad cotidiana.
Los fusiles de Utah son las palabras en España. Allí humanizan la pena de muerte. Aquí aniquilan la realidad. Acaban de dispararnos al oído a los «investigados», que antes fueron «imputados».
Lo crean o no, al comentarlo con un amigo me aconsejó que debía «cambiar el chip» y que durmiera al menos un 70% más. Al borde del delirio le pregunté si recordaba aquella «guerra preventiva» contra Irak que resultó ser una invasión de manual. Sonrió con benevolencia cristiana, como quien escucha a un niño excusarse, y cambió de tema con un lenguaje marcial: ¿sabes que nuestra campaña de publicidad ha impactado al 83% del target?