THE OBJECTIVE
Melchor Miralles

El PP en la ilegalidad y la inmoralidad

Si en España funcionara mínimamente el régimen, los mandamases del PP mencionados se verían obligados a dimitir. A irse a su casa. Y si no lo hicieran, los cuadros del partido, el resto de los dirigentes y la militancia en masa les obligaría a hacerlo.

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Si en España funcionara mínimamente el régimen, los mandamases del PP mencionados se verían obligados a dimitir. A irse a su casa. Y si no lo hicieran, los cuadros del partido, el resto de los dirigentes y la militancia en masa les obligaría a hacerlo.

El drama del avión de Germanwings ocultó del primer plano informativo el último auto del juez Ruz sobre el asunto Bárcenas. Documento demoledor. Durante 18 años el PP se financió al margen de la ley, manejó dinero negro y sus dirigentes cobraron sobresueldos también opacos para el fisco. Así, como lo leen. Vale que es un auto en fase de instrucción y no una sentencia. Pero a la resolución judicial le añadimos los documentos que soportan lo expuesto por el juez, lo condimentamos con un poco de sentido común y el resultado es que el partido en el Gobierno lleva años instalado en la ilegalidad y la inmoralidad.

El lunes Bárcenas presentó un recurso en el que ponía nombres y apellidos a los secretarios generales que supervisaban las operaciones sucias que llevaban a la práctica los tesoreros: Javier Arenas, Ángel Acebes, Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal. No era necesario que Bárcenas dijera tal cosa. El sentido común dicta que por encima de un tesorero o un gerente hay un secretario general que debe de enterarse de cómo entra la pasta y cómo se gasta. En su defensa, Arenas, Acebes, Rajoy y Cospedal han dicho reiteradamente que ellos, como secretarios generales, no se enteraban de nada. Aterrador. Acojona pensar que preside el Gobierno de España un equipo político de este jaez. Si no se enteraban de nada en Génova, ¿cómo van a enterarse al frente del Ejecutivo?

Además, repasando la hemeroteca, constato que Rajoy, Cospedal, Arenas, Floriano et al han mentido reiteradamente en su defensa. Porque han negado una y otra vez que el PP ocultara dinero a la Hacienda Pública, que el PP pagara cantidades no registradas en su contabilidad oficial, que el PP pagara sobresueldos a sus dirigentes y que el PP recibiera dinero en metálico de empresas. Y del auto del juez Ruz, y de las pruebas que obran en el sumario, se deduce que está acreditado que el PP pagaba cantidades, gordas, no registradas en los libros oficiales, que el PP ocultaba dinero a Hacienda, que el PP recibía dinero en metálico y que en el PP sus mandamases recibían sobres con dinero en efectivo.

Si en España funcionara mínimamente el régimen, los mandamases del PP mencionados se verían obligados a dimitir. A irse a su casa. Y si no lo hicieran, los cuadros del partido, el resto de los dirigentes y la militancia en masa les obligaría a hacerlo. Aquí no pasa nada. Siguen a lo suyo, ya de derrota en derrota hasta la derrota final. Y no imaginemos que ganan.

Hay que tener un rostro de cemento y andar muy escaso de vergüenza para seguir como si nada. Organizando las campañas que vienen y redoblando los esfuerzos por cercenar al máximo la crítica de su comportamiento. Pero ya vemos que en España los políticos no son muy diferentes de los ciudadanos. En Andalucía la lista más votada ha sido la del PSOE. Y eso que ya sabemos que robaron a manos llenas, que se llevaron hasta el dinero de los parados, que en más de 30 años de gobierno Andalucía está a la cabeza del paro y a la cola de la mayoría de los indicadores de progreso. Pero la peña les vota. Como vota al PP. Pues eso. Que los políticos no son tan diferentes al resto del personal. Porque si no, no les votarían.

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