Un nuevo horizonte en Oriente Medio
Si se analizan las reacciones del régimen de Teherán, los términos del acuerdo sobre el programa nuclear parecen ser todo menos perjudiciales para los iraníes.
Si se analizan las reacciones del régimen de Teherán, los términos del acuerdo sobre el programa nuclear parecen ser todo menos perjudiciales para los iraníes.
Tan sólo se ha alcanzado un acuerdo marco con Irán pero muchos medios de comunicación se han apresurado a vendernos que finalmente Obama se ha apuntado un tanto en política exterior – algo que lleva buscando desesperadamente antes de que finalice su mandato – y que ha conseguido lo imposible: Que Irán acceda a las condiciones impuestas por el P5+1 en materia nuclear.
Lo cierto es que, si se analizan las reacciones del régimen de Teherán, los términos del acuerdo parecen ser todo menos perjudiciales para los iraníes, dos hechos excepcionales así lo reflejan: la recepción del Ministro de Exteriores iraní fue digna de una selección campeona del mundo de fútbol y por primera vez en la historia la televisión de la Republica Islámica emitió en directo un discurso del Presidente de Estados Unidos.
A pesar de todo hay cuestiones que están en el aire. La primera de ellas es que el Ayatolá Khamenei dé su visto bueno al acuerdo. En segundo lugar, se plantean dudas sobre la interpretación que ambas partes dan a la letra pequeña del mismo, sin duda el hecho de que ambas se presenten eufóricas ante los medios de comunicación, cuando estamos hablando de cuestiones tan delicadas, resulta inusual. Por último, ¿qué ocurre con las amenazas de Irán hacia Israel después que un portavoz de la Casa Blanca haya dicho que Obama no firmará nada que perjudique a este último? Hay que recordar que se establece un plazo de tan sólo diez años para las limitaciones más importantes en materia nuclear.
Existe una hipótesis muy remota que podría dar sentido a todo el ruido mediático que estamos presenciando. La misma consiste en el hecho de que Irán y EE.UU. normalicen sus relaciones de tal manera que la republica iraní vuelva a ser el aliado principal del país norteamericano en la región. Hacen falta nuevos acontecimientos que confirmen esta posibilidad. Si Irán retira sus amenazas sobre Israel – independientemente de su credibilidad – no duden que estaremos ante el inicio de algo que hasta hace cinco años era impensable.