Te llama el negro. ¡Apúrate!

“Lucille” es con la única que no ha tenido hijos. Su guitarra. Más bien sus guitarras. El bautizo se produjo en una noche helada del 49. Bareto lleno de afroamericanos en busca de nuevas sensaciones.

Pappo, una de las leyendas del rock argentino, tuvo que salir a todo correr al escenario. Acababa de entrar en su camerino después de hacer de telonero de B.B y de repente “con medio culo al aire” llega su asistente y le dice en un correcto porteño: “Te está llamando el negro del escenario. ¡Vestite! ¡Apurate!” En menos de un minuto estaba tocando junto al mítico B.B King. “La guitarra hablaba sola.” Aseguró. “Y yo le digo: ¡Para loca! ¿Qué te pasa? No podía parar. Eso fue lo máximo”.

Este afortunado estuvo en un par de ocasiones frente a frente con un tipo que hoy tiene 89 años y que toca más de 200 veces al año. Ahora un pequeño achaque tiene a Riley (su verdadero nombre) en el hospital. A mí me da que a este todavía le queda fuelle. Sabe demasiado de la vida. Pierde a su madre a los 5 años. Recoge todo el algodón que se puede recoger en una plantación del Delta del Misisipi. Empieza con 40 su carrera y cría 15 hijos. Creo que con la misma mujer no.

“Lucille” es con la única que no ha tenido hijos. Su guitarra. Más bien sus guitarras. El bautizo se produjo en una noche helada del 49. Bareto lleno de afroamericanos en busca de nuevas sensaciones. Dos tipos empiezan a pelear en medio de su actuación. Tiran un bidón de queroseno. Prenden fuego al local y B.B. arriesga su vida para salvar su guitarra. Cuando se entera que el motivo de la pelea es una camarera de nombre Lucille, decide ponerle el nombre a la guitarra para recordar que nunca hay que arriesgar la vida por estupideces.

Un muy muy fan me dice que nadie le supera en un escenario en personalidad, lucidez e intensidad. Se queja amargamente de los periodistas. Dice que le vemos ya muy mayor y no paramos de escribir artículos pseudopóstumos pensando que la nuestra será la crónica definitiva del negro del blues. En una entrevista le preguntaron hace poco si con su edad tenía un ritmo más pausado. Respondió que nunca fue un guitarrista rápido pero que sí era un poco más sabio. Definitivamente le queda fuelle.