Compromiso con la democracia
Nos sentimos tan preocupados por los retrocesos en las libertades que estamos conociendo de Venezuela, como concernidos por la detención de uno de los principales dirigentes opositores, Leopoldo López, del alcalde de Caracas Antonio Ledezma- o de cualquier otro responsable político o simple ciudadano que legítimamente manifiesta sus opiniones políticas.
Nos sentimos tan preocupados por los retrocesos en las libertades que estamos conociendo de Venezuela, como concernidos por la detención de uno de los principales dirigentes opositores, Leopoldo López, del alcalde de Caracas Antonio Ledezma- o de cualquier otro responsable político o simple ciudadano que legítimamente manifiesta sus opiniones políticas.
Soy parte de la primera generación de españoles que, después de muchas décadas, vivió desde la niñez en libertad; y no me cabe duda que esta oportunidad vital me ha hecho especialmente sensible a cualquier retroceso, a cualquier violación de las propias libertades o de las reglas en las que se sustenta la democracia.
Y tengo la responsabilidad de dirigir al Partido Socialista Obrero Español, una organización que a lo largo de sus 136 años de historia ha hecho de la defensa de la libertad y la democracia un valor inherente a su proyecto político. Hemos sufrido la dureza de la falta de libertades y nos hemos comprometido, sin matices, en su defensa, ya sea en España o en cualquier país del mundo.
La fortaleza de la democracia descansa en su capacidad para reunir una constelación de rasgos y valores como los del pluralismo, el respeto a las posiciones adversas y la vigencia de los derechos civiles y políticos que son parte sustancial de la convivencia civilizada. Para los socialistas, no hay dilema entre democracia y progreso o entre democracia y justicia social. Precisamente, es en democracia donde se conjugan las mejores aspiraciones del ser humano.
Nos sentimos tan preocupados por los retrocesos en las libertades que estamos conociendo de Venezuela, como concernidos por la detención de uno de los principales dirigentes opositores, Leopoldo López, del alcalde de Caracas –Antonio Ledezma- o de cualquier otro responsable político o simple ciudadano que legítimamente manifiesta sus opiniones políticas. Tuve la oportunidad de trasladárselo hace apenas unas horas al Secretario General de Naciones Unidas y no dudaré en seguir haciéndolo con el propósito de llevar al ánimo de las autoridades de Venezuela que esta situación no puede prolongarse y tiene que dar paso al diálogo para solucionar las controversias y, por supuesto, al restablecimiento de las plenas garantías democráticas.
Y los socialistas españoles, estoy seguro que los de todo el mundo, nos sentimos, además de representados, orgullosos de que un líder socialista de la enorme talla política y moral de Felipe González haya decidido asumir la defensa de los dirigentes políticos que permanecen encarcelados hoy en Venezuela. Es, por supuesto, un apoyo a ellos y a sus familias pero también un mensaje de respeto y de solidaridad al conjunto de la sociedad venezolana. El ejercicio de las libertades y nuestro compromiso con ellas, no admite excepciones.