MyTO

Jean-Marie Le Pen necesita un amigo

El apellido, lo primero. Las ideas, lo segundo. El cariño hacia la hija, allá a lo lejos. ¡Mira que cargarse una familia por un partido político! Y, además, ¡por un partido político que has inventado tú!

Opinión
  • Profesor y escritor español conocido por su libro "La crisis ninja y otros misterios de la economía actual", donde explica los pormenores de la crisis de las hipotecas subprime desde un lenguaje coloquial y llano.

El apellido, lo primero. Las ideas, lo segundo. El cariño hacia la hija, allá a lo lejos.
¡Mira que cargarse una familia por un partido político! Y, además, ¡por un partido político que has inventado tú!

El apellido, lo primero. Las ideas, lo segundo. El cariño hacia la hija, allá a lo lejos.

¡Mira que cargarse una familia por un partido político! Y, además, ¡por un partido político que has inventado tú!

Veo que Jean-Marie tiene tres hijas. Una de ellas, Marine, ha salido contestona. Le ha quitado el puesto y luego, le ha echado del partido. No sé si “suspender de militancia” quiere decir echar, pero suena muy parecido.

Y ahora, Jean-Marie, a sus tempranos 86 años, hala, a buscar un partido en el que le admitan o a fundar otro. Seguramente, será más fácil fundar otro, porque con el currículum que tiene de hombre sereno, amable y pacificador, no sé si alguno se atreverá a admitirle.

Pero siempre, recordando la faena que le hizo su hija. Y amargándose la vida. Y amargándosela a los que le rodeen. Y no perdonando. Y, al cabo de muchos años, dirá esa frase que oigo tantas veces: “yo perdono, pero no olvido”. Como lo dirá en francés, lo traduzco al castellano: “no perdono”.

O sí. Porque Jean-Marie ya tiene su edad. En otras palabras, es muy viejo. Y cuando uno es viejo, supongo que quiere dejar las cosas arregladas, aunque solo sea para que cuando le recuerden después de muerto, o sea, pronto, hablen fundamentalmente de lo majo que era.

Estoy seguro de que este hombre, detrás de esa cara feroche, tiene su corazoncito. Y hasta es posible que tenga un amigo un poco mayor que él -nos ponemos ya en uno de 90 años-, que le diga: “Jean Marie, esto de la política es opinable. Lo de querer a la familia no es opinable. ¿Por qué no pones las cosas en su sitio, le dices a Marine que le quieres mucho y dejas de hacer declaraciones antisemitas que no sirven más que para crear odio?”

De mi parte: Jean-Marie, busca rápidamente a ese amigo de 90 años. Seguro que lo tienes. Lo necesitas.