Primavera eterna
La naturaleza del conflicto es variada, además de cualquier intención política, no se puede dejar de lado la influencia persa Chií en la defensa del presidente y por el contrario la inmersión de Arabia Saudita como líder sunita, incentivando un levantamiento, justificado para ellos, por ser mayoría religiosa en el territorio.
La naturaleza del conflicto es variada, además de cualquier intención política, no se puede dejar de lado la influencia persa Chií en la defensa del presidente y por el contrario la inmersión de Arabia Saudita como líder sunita, incentivando un levantamiento, justificado para ellos, por ser mayoría religiosa en el territorio.
Naciones Unidas ha establecido una cifra record de 38 millones de desplazados en el mundo, de los cuales 7.6 millones son resultado de las hostilidades en Siria, país que parece no encontrar salida al conflicto iniciado hace 5 años, con protestas convertidas rápidamente en una brutal guerra, que perpetuó el proceso iniciado en Túnez cuando el joven Mohamed Bouazizi se inmoló frente a las autoridades de su país. La inconformidad de los pueblos bajo mandatos extensos y autocráticos, marcó el comienzo de un proceso social de amplios contextos, denominado Primavera Árabe.
Siria constituye un Estado independiente desde 1946. Su gobierno se ha establecido por herencias familiares. Desde 1970 hasta el año 2000 estuvo presidida por Hafez Al-Assad, quien consolidó la independencia del país, con relaciones internacionales y facilidad para el comercio. Era un sistema autoritario, no obstante, la gente no lo cuestionaba, el Estado parecía funcionar. En el año 2000, muere Hafez Al-Assad, sucediéndole en el poder su hijo, Bashar Al-Assad, actual presidente de Siria.
Los opositores pedían al joven presidente reformas constitucionales, pero detrás de ellos se escudaban intenciones ocultas de un radicalismo que no hizo esperar sus acciones, generando la retirada de los disidentes pacíficos, que pronto elegirían preservar su gobierno, antes de verse envueltos en una violencia interminable. Las hostilidades fueron inevitables, los saldos de refugiados en países vecinos y otros continentes alcanzan cifras exacerbadas y las víctimas fatales han enlutado al mundo.
La naturaleza del conflicto es variada, además de cualquier intención política, no se puede dejar de lado la influencia persa Chií en la defensa del presidente y por el contrario la inmersión de Arabia Saudita como líder sunita, incentivando un levantamiento, justificado para ellos, por ser mayoría religiosa en el territorio.
Lo cierto es que hoy la situación es aún más complicada, la aparición de ISIS ha acrecentado las cifras, generando este lamentable número de desplazados que abandonan sus espacios otorgando facilidades al nuevo y radical Estado Islámico.