Ya no asustamos viejas
La rebeldía se transformó en insumisión y pensábamos que el poder nos había dejado tirados. Años después cada vez que nos preguntaban en las encuestas que qué pensábamos de la política decíamos que nos aburría, que no nos interesaba.
La rebeldía se transformó en insumisión y pensábamos que el poder nos había dejado tirados. Años después cada vez que nos preguntaban en las encuestas que qué pensábamos de la política decíamos que nos aburría, que no nos interesaba.
Aerolíneas Federales ya decía en los 80 que se pasaban el día asustando viejas, pintándose de azul, haciendo lo que querían porque eran unos punk…
Así nos tomábamos la vida los jóvenes de los 80. Mods, grunges, hippis, metaleros, daba igual la tribu a la que pertenecieras. Vivimos una transición política complicada con el paso de la dictadura a la democracia. Lo experimentamos de una forma diferente a nuestros padres. Ellos después de haber vivido 40 años entre porrazos decidieron tomar las riendas del país y de la política. Nosotros preferimos apartarnos de las instituciones y verlo desde la barrera. Optamos por otras formas de protestar.
30 años después pienso que fue un error. Nos dejaron fuera de todo y el sistema nos dejó fuera de juego. La rebeldía se transformó en insumisión y pensábamos que el poder nos había dejado tirados. Años después cada vez que nos preguntaban en las encuestas que qué pensábamos de la política decíamos que nos aburría, que no nos interesaba. Y de los partidos que habían perdido todos sus ideales, que no tenían jóvenes en órganos de decisión, que no nos identificábamos con ellos.
Ni siquiera el término España consiguió aglutinar a muchos de aquella generación. Gente que no se sentía identificada ni con la bandera, ni con los símbolos de esta nueva España de los 80 y que se refugiaron en diferentes corrientes nacionalistas.
Todo ha cambiado. Rivera e Iglesias han cambiado el rumbo de la política. Lo que no ha conseguido una regeneración de ideas lo ha conseguido una crisis galopante y brutal que ha destrozado el tejido social del Estado.
Ha sido el clic para que la mayoría de jóvenes tomen las riendas de su sociedad y se impliquen, espero que de una forma definitiva, en la toma de decisiones de cara al futuro. No sé cuál será el resultado pero Podemos y Ciudadanos han conseguido que esa gran mayoría de indecisos políticos, mayoritariamente jóvenes, se integren nuevamente.
Los partidos de siempre se han quedado dormidos. En sus manos está regenerarse. Regenerarse o morir.
Ahora los jóvenes se siguen pitando el pelo de azul haciendo propuestas. Con el pelo azul o con coleta o con traje de Hugo Boss incluso gobernarán. Lo que creo es que se acabó eso de asustar viejas porque son unos punk. Ya no dan miedo.