Raúl

Cuba es un ejemplo de dignidad sin duda alguna. Hechos como un bloque brutal, y un ataque inclemente ante la decisión de un pueblo que decidió no seguir siendo lo que hasta antes de su revolución era, no tiene comparación con otra historia en el mundo.

Cuba es un ejemplo de dignidad sin duda alguna. Hechos como un bloque brutal, y un ataque inclemente ante la decisión de un pueblo que decidió no seguir siendo lo que hasta antes de su revolución era, no tiene comparación con otra historia en el mundo. Pero hoy es distinto: una flexibilización del bloqueo con la posibilidad de ser superado, y una explosión de interés por invertir en un territorio aún virgen para el capitalismo, acompañado de un pueblo aguerrido, bien formado y toda una historia de resistencia a sus hombros, hace hoy de Cuba, un modelo político en cuestionamiento y en juego.

El rol del Presidente Raúl Castro, contrasta con toda la política del expresidente Fidel Castro, no sólo porque los tiempos sean distintos, sino porque la concepción de la política evidentemente también lo es. Esto trae consigo los riesgos de un viejo chiste que dice que los Estados Unidos lo único que lo salva de no ser invadido o sufrir de golpes de Estado es que no tiene una embajada de los Estados Unidos en su territorio.

Hoy, la discusión sobre los nombres de los embajadores de los gobierno de Cuba y EUA en sus territorios respectivos, encuentra muchas contradicciones con lo que ha significado Cuba en estos 50 años de resistencia, y anticipa nuevos retos que serán determinante en el rumbo del modelo político y económico cubano. 

Un giro del timón del socialismo cubano, lo único que tiene seguro es que Raúl, así como su hermano, pasará a la historia mundial, de América Latina, de Cuba y del socialismo, pero en el caso de Raúl tendrá dos opciones: o como aquel que logró superar el bloqueo con dignidad, o aquel que logró el desbloqueo a cambio de un embajador de los EUA con sus consabidas consecuencias. Esperemos lo mejor para el pueblo cubano.