Cavidades intracraneanas
La llamada libertad de expresión, aducida por los defensores del cantante y de los separatistas, no puede entenderse subjetivamente, sino envuelta en nematologías realmente funcionando en la sociedad política de referencia.
La llamada libertad de expresión, aducida por los defensores del cantante y de los separatistas, no puede entenderse subjetivamente, sino envuelta en nematologías realmente funcionando en la sociedad política de referencia.
Fueron en general los separatistas vascos los que pusieron de moda el sintagma que dice que “el pensamiento no delinque”, cuyo alcance ontológico es similar al de “la vida es una tómbola”. Este delirio metafísico y mentalista ha calado hondo en una sociedad que se precia de tener a las generaciones más preparadas de la historia, pero que al parecer asumen acríticamente toda la basura ideológica que les llega.
César el Fresa, cantante del grupo Def con Dos (siempre que oigo este nombre me imagino una relaxing cup of café con leche) ha publicado unos tuits, en los que según la Guardia Civil, se enaltece el terrorismo, por lo que ha sido enviado a declarar ante un juez y puesto posteriormente en libertad. El rebelde cantante se ríe de Ortega Lara y hace chistes con la ETA, Carrero Blanco y el videojuego Street Fighter.
Qué quieren que les diga, pues que me parece poca cosa llamar a declarar a este hippie con fantasías anarcoides por enaltecer a la ETA cuando la misma ETA gobierna en Guipúzcoa sin que nadie haya movido un dedo para impedirlo. Y lo más grave no es el terrorismo que ahora ya no practican, sino su separatismo, su voluntad de destruir la nación política española.
La llamada libertad de expresión, aducida por los defensores del cantante y de los separatistas, no puede entenderse subjetivamente, sino envuelta en nematologías realmente funcionando en la sociedad política de referencia.
“El pensamiento no delinque”, dicen, como si las palabras expresadas por los individuos brotasen de sus cavidades intracraneanas y se perdiesen en el aire, en vez de ser determinaciones objetivas de ideologías en lucha dentro un estado concreto al que una de esas ideologías amenaza con destruir.
El cantante es poca cosa. La verdadera amenaza está metida en las instituciones.
