Europa S.A.

Lamentablemente, los euro-escépticos estamos demostrando que teníamos razón cuando no nos fiábamos de quienes nos prometían fortuna y gloria si entrábamos en esa especie de secta económica que es la UE.

Recuerdo con cariño a Antonio Ozores en el programa-concurso “Un, dos, tres”; eran los adorados años ochenta, cuna de Goonies, ET, V, El Equipo A e Indiana Jones. Cuando el bueno de Ozores finalizaba su sketch cómico, casi siempre soltaba la frase – “Y ahora por fin, somos europeos”. Por aquel entonces se celebraba la presencia de España en el Mercado Común, se votaba a favor o en contra de entrar en la OTAN y se veía muy lejos el Euro, el sueño de aquellos que veían con buenos ojos la idea de unir países y abrir fronteras.

Lamentablemente, los euro-escépticos estamos demostrando que teníamos razón cuando no nos fiábamos de quienes nos prometían fortuna y gloria si entrábamos en esa especie de secta económica que es la UE. Y digo lamentablemente porque en el fondo de mi ser, el sueño de un país unido, grande, sin fronteras, donde la libertad y la paz reinaran sin problemas, se vislumbraba en mi horizonte como algo bello, utópico, genial, pero gestionado de un modo mucho más humano.

Actualmente, se ha demostrado que la UE hace aguas por todas partes y que el sueño inicial está dando paso a una verdadera pesadilla. Viajando por el este de Europa observo como en países como Bulgaria o Hungría no quieren saber nada del euro, y en Eslovenia maldicen el día que entraron en el clan de la moneda única, con la economía en horas bajas y un desempleo de más del 20%. Algo parecido sucede en Lituania, donde la vida se ha encarecido y donde mucha gente sigue cobrando sueldos patéticos. Serbia lo ve tan lejos que mejor ni se lo plantea y Croacia tiene serias dudas… Por no hablar de Grecia y su situación actual, con un pie fuera del euro o el mismo British Empire, donde Airbus ya les ha dado un toque de atención: si abandonan la UE, no hay fabricación de piezas para nuevos aviones. Reino Unido se divide a favor y en contra de la UE… Un año más, los del Bildelberg (meros títeres del auténtico poder) lo tienen muy claro: deben apoyar al máximo a su secta europea, su Europa S.A, una gran empresa que destroza economías, empobrece a países enteros y reduce la calidad de vida de sus habitantes. Por mucho que nos mientan, un futbolín o un café costaban cien pesetas como mucho, no un euro o un euro y medio.

Entre los listos que han redondeado al alza, y los super-listos que han engañado a media Europa con la moneda única y sus ventajas, ahora solo nos queda lamentarnos. Un tema aparte es la inmigración, algo que la gran Europa S.A. gestiona muy mal, de forma cruel e inhumana en muchas ocasiones. ¿Dónde está el sueño europeo?, ¿en qué rincón de la historia va a permanecer?, ¿seguiremos inmóviles observando?