Podemos, Iglesias y la Universidad
El modelo universitario español es una calamidad. Sí. Sucede que, conociendo a Pablo Iglesias, no creo que me guste el suyo. Quizá sí en cuanto al número de universidades, pero no en cuanto a los programas de contenidos docentes.
El modelo universitario español es una calamidad. Sí. Sucede que, conociendo a Pablo Iglesias, no creo que me guste el suyo. Quizá sí en cuanto al número de universidades, pero no en cuanto a los programas de contenidos docentes.
Mirada fija al fondo. Taza con manchas de café en el exterior. Pablo Iglesias. Dice que hay muchas universidades en España. Y que no descarta clausurar algunas de ellas. Y, sin que sirva de precedente, Pablo Iglesias tiene mucha razón. La distancia sideral entre las opiniones políticas de Iglesias y las mías no me impide reconocer que en esto tiene razón.
El disparate de dibujo del mapa universitario español es obra del PSOE, de Alfonso Guerra, Rubalcaba, Bono y compañía. Por un puñado de votos, por contentar a la parroquia cuando eran ellos quienes tenían todo el poder, imponían su criterio al de los profesionales y abrían universidades por doquier, porque les daba votos.
Lo conté con detalle en “Alfonso Guerra, el conspirador”, libro que escribí junto a Javier Satué en 1991. En algunos casos, como Castilla La Mancha con Bono de amo de la finca, los técnicos de la Secretaría de Estado dictaminaron que sería más barato becar a cada alumno en la Universidad del mundo que eligiera que abrir esa Universidad. Pero Bono se empeñó, regaba de pasquines elaborados por él los pueblos de la comunidad al amanecer desde coches oficiales (“queremos una universidad”), le dio la brasa a Guerra, y Guerra, entonces vicepresidente, dio la orden. Y ahí está.
El modelo universitario español es una calamidad. Sí. Sucede que, conociendo a Pablo Iglesias, no creo que me guste el suyo. Quizá sí en cuanto al número de universidades, pero no en cuanto a los programas de contenidos docentes. Porque me temo que el concepto de calidad de enseñanza de Iglesias y el mío son muy diferentes. Pero ese es otro tema.