Kosacos, Holodomor... ¿Importa?, son Ukraninos
El colapso final del comunismo y el desmembramiento de aquel monstruo que fue la URSS, cuyo poder devoró 60 millones de almas, llegaba a su fin. El trato con Rusia incluía el alquiler de la base de Sebastopol a perpetuidad, única salida al mediterráneo de Rusia.
El colapso final del comunismo y el desmembramiento de aquel monstruo que fue la URSS, cuyo poder devoró 60 millones de almas, llegaba a su fin. El trato con Rusia incluía el alquiler de la base de Sebastopol a perpetuidad, única salida al mediterráneo de Rusia.
“Todas las armas termonucleares serían entregadas a Rusia a cambio de integridad territorial”.
El colapso final del comunismo y el desmembramiento de aquel monstruo que fue la URSS, cuyo poder devoró 60 millones de almas, llegaba a su fin. El trato con Rusia incluía el alquiler de la base de Sebastopol a perpetuidad, única salida al mediterráneo de Rusia.
Desde Yeltsin hasta la llegada del nuevo Zar, Putin, los archivos secretos del KGB fueron abiertos al mundo durante la “Glasnost”, revelando los horrores del totalitarismo más cruento que ha padecido la humanidad.
Katyn, la isla caníbal de Nazino, Paracuellos o el genocidio de los 7 millones de Ucranianos, son una parte del horror que los archivos del KGB documentaron, hoy de nuevo secretos. Putin, ex jefe del KGB detuvo aquel striptease del crimen, que revelo la escuela de donde proviene y explica su proceder.
A partir de 1929 Millones de campesinos Ucranianos fueron saqueados y las toneladas de trigo que atesoraban vendidas en los mercados internacionales para gloria de Vladímir Ilich Uliánov, alias “Lenin”, quien tras eliminar a los mencheviques, y exterminar a la familia real, decidió pasar factura al pueblo de donde provenían los leales Cosacos del zar, Ucrania.
No fue solo colectivización socialista, también fue odio. 18 millones de caballos fueron exterminados. Ucrania, región agrícola sin desarrollo industrial colapso.
Hoy Rusia se apodera de Crimea, ante una Europa que se mira al Munich de 1938 y abandona, cobarde, de nuevo a Ucrania.
¿Y mientras, España?
Nuestro delirante panorama político oscila desde la esquizofrenia de un bipartidismo expoliador consentido y votado que supera en magnitud al expolio soviético de la guerra civil, un nacionalismo desatado, y las promesas de la última panacea política que afirma regenerarnos:
La llaman “Leninismo amable” y viste coletas…
