La tragedia griega
Pero esta tragedia griega de hoy se escribe bañada de la desesperanza, la resignación y el hastío de los ciudadanos helenos. Es cierto que Syriza se alzó con una mayoría en las pasadas elecciones, pero la inacción y la incompetencia de sus dirigentes no hacen más que hundir al país en el abismo, donde los que verdaderamente sufren es la gente de la calle.
Pero esta tragedia griega de hoy se escribe bañada de la desesperanza, la resignación y el hastío de los ciudadanos helenos. Es cierto que Syriza se alzó con una mayoría en las pasadas elecciones, pero la inacción y la incompetencia de sus dirigentes no hacen más que hundir al país en el abismo, donde los que verdaderamente sufren es la gente de la calle.
Qué grandes tragedias hubieran escrito Sófocles o Esquilo contemplando la desastrosa condición de la Grecia actual. Sus gobernantes dando bandazos, intentando hacer de trileros con las deidades burocráticas de Europa y el FMI, que ya han perdido la paciencia. El populismo desafiante de Tsipras y su partido, que apeló a esa lucha contra el entramado oficial de los gobiernos europeos, un canto de sirena contra la economía de mercado que sedujo a tantos en Grecia, es una ideología rebosante de la ‘hybris’ tan presente en las obras clásicas de sus antiguos coterráneos, una pretenciosa superioridad moral que los dioses siempre castigan.
Pero esta tragedia griega de hoy se escribe bañada de la desesperanza, la resignación y el hastío de los ciudadanos helenos. Es cierto que Syriza se alzó con una mayoría en las pasadas elecciones, pero la inacción y la incompetencia de sus dirigentes no hacen más que hundir al país en el abismo, donde los que verdaderamente sufren es la gente de la calle. Hay poblaciones en Grecia donde los bomberos van de puerta en puerta pidiendo ayuda a los vecinos porque ya no hay dinero para apagar incendios. Siguen los pasos de la policía, que ya lleva implorando limosna en pequeños pueblos desde ya hace algún tiempo. Hay hospitales en donde los pacientes no tienen alcance a los tratamientos médicos adecuados porque, triste y simplemente, se acabó el dinero.
Es imperativo que se llegue a un acuerdo en torno a Grecia. Muchos analistas creen ver que en las últimas semanas se ha comenzado a domar la fiera populista de Tsipras, y ve con buenos ojos una serie de privatizaciones sustanciales y una disposición a someterse a algunos cambios que proponen sus acreedores. El ‘castigo’ de las divinidades europeas e internacionales a Grecia es, sin duda, notable, pero no desmesurado. Queda por ver si, como en las grandes obras clásicas, la catarsis tan necesaria en Grecia tiene lugar.