Mel Brooks, Roberto Benigni y Woody Allen no son políticos

Twitter está lleno de mensajes racistas y xenófobos, escritos por políticos y por aspirantes a políticos. Y muy pocos dimiten.

Mel Broks es un judío muy cachondo. En La Loca Historia del Mundo y en varias de sus películas, se burla sin problemas de cristianos y judíos, le encanta ser políticamente incorrecto. En ocasiones lo hace con estilo y en otras con auténtica mala leche. Escuché a Woody Allen decir una vez, en una rueda de prensa en Barcelona, que algún día se harán bromas sobre el 11S, y que eso será sano, aunque a algunos les duela. El humor negro y las burlas sobre algo muy serio, pueden convertirse en un bálsamo para el espíritu humano; Roberto Benigni nos los demostró en 1998. 
Estamos hablando de directores de cine, no de políticos. Un político no es un artista que puede darle la vuelta a algo muy oscuro, un político es otra cosa; es alguien que debe ser consciente de lo que dice y hace en todo momento. Es lógico que un político dimita por banalizar el holocausto, no obstante, llegados a este punto, es importante tener muy claro como se dicen las cosas, en que contexto y porque. 

Twitter está lleno de mensajes racistas y xenófobos, escritos por políticos y por aspirantes a políticos. Y muy pocos dimiten. El exalcalde de Badalona, el polémico Albiol, fue denunciado y juzgado por su particular visión de los inmigrantes, y no solo no dimitió, sino que se lanzó a limpiar Badalona en la última campaña electoral. Son muchos los políticos que hablan de “limpiezas” y de “gente que sobra”, y así se crean muchas guerras y conflictos. ¿Toleramos que una parte de los políticos españoles puedan realizar comentarios xenófobos y la otra parte no?, ¿hasta donde llega nuestra hipocresía a la hora de pasar por alto ciertas actitudes? No todo depende del color o la ideología, seamos personas y denunciemos a todos los que se burlan de los oprimidos, los débiles y los que fueron asesinados por defender una idea o una fe. Actuemos contra TODOS.