ISIS fanatismo y fatalismo

Para muchos jóvenes la oferta del yihadismo político supera a la que hacía el marxismo, porque no sólo se trata de una mejor vida en esta tierra sino de un lugar asegurado en el paraíso, con todos los placeres y satisfacciones. Camino a la otra vida que se acorta cuando, según estos fanáticos, el martirio los asegura.

Fanatismo y fatalismo es fácil que se expresen con la religión del Corán. En el islam no hay separación entre poder político y poder religioso, a diferencia del cristianismo, y cuando lo emocional está implícito en el combate por el poder y el fanatismo es fácil que la irracionalidad se imponga.

El islam siempre ha estado debatiéndose entre la modernidad y las corrientes ortodoxas y fundamentalistas. El cristianismo y el judaísmo se han adaptado a las nuevas realidades del mundo y han dejado a la religión separada del campo político.

En estos tiempos de crisis moral, económica y política, y después del fracaso del comunismo, ha sido fácil instrumentar políticamente el islam, especialmente cuando se ha extendido en todos los continentes y entre las poblaciones más pobres. Para muchos jóvenes, en su idealismo de mundos mejores y frente a realidades oprimentes, la oferta del yihadismo político supera a la que hacía el marxismo, porque no sólo se trata de una mejor vida en esta tierra sino de un lugar asegurado en el paraíso, con todos los placeres y satisfacciones. Camino a la otra vida que se acorta cuando, según estos fanáticos, el martirio los asegura.

El islam hoy cuenta con más de 1.400 millones de seguidores. El islam político, y ahora la vertiente terrorista con el ISIS y Al-Qaeda, ha aprovechado el deber a la sumisión de la voluntad divina para cultivar el fanatismo y para caer en el fatalismo y tratar de ganar la mayoría musulmana del mundo de hoy hacia el nuevo Califato.

La ONU ha sido unánime en alertar sobre todas las manifestaciones de intolerancia y ha llamado al dialogo y a generar una cultura de paz. La Unión Europea ha ratificado este criterio condenando todo tipo de discriminación y toda manifestación chauvinista. Por eso la necesidad de programas de educación para la paz y la aceptación del otro.