A la carrera
Esta aparente relación amor-odio se trata de una simple negociación empresarial, donde EE.UU. tiene todas las de ganar, que para eso es perro viejo en usar su convincente arsenal.
Esta aparente relación amor-odio se trata de una simple negociación empresarial, donde EE.UU. tiene todas las de ganar, que para eso es perro viejo en usar su convincente arsenal.
A este término se le solía añadir una palabrota típica española cada vez que en el ejército a algún soldado se le había olvidado algo, en definitiva cuando uno se despistaba y su mando le quería decir ‘O vuelas, o te crujo’.
Así es como definiría el estado del Presidente Putin y al ejército de la Federación Rusa. El capitalismo les ha mostrado su auténtica cara, que precisa del imperialismo y su expansión insaciable para subsistir. Ahora a la carrera, como pollo sin cabeza, quieren rearmarse y prevenir una invasión silenciosa. Pero ya es tarde, la OTAN ha sobornado a los pequeños países ex-socialistas que prefieren un amo al otro lado del atlántico que otro a tiro de piedra.
Cuando trabajé en el IESE recuerdo que uno de los estudiantes fue coronel del Ejército Rojo. Era el encargado de testear los límites de los aviones Antonov. Colgó las medallas porque eso ya no lo apreciaban en Rusia, ahora lo único que cuenta es el Máster de Administración de Empresas, especialmente si está bendecido por un Santo.
Y la OTAN se escandaliza porque Rusia quiera defenderse, el ejemplo enciclopédico de una ‘Drama Queen’. Los oligarcas rusos siguen precisando de Jets Boeing, relojes Cartier y chaquetas de leopardo, y el empresariado ‘luxury’ europeo no quiere prescindir de tan buenos clientes.
Esta aparente relación amor-odio se trata de una simple negociación empresarial, donde EE.UU. tiene todas las de ganar, que para eso es perro viejo en usar su convincente arsenal.
Pero vamos a ver qué futuro me predice la Bruja Avería:
‘En unos años, el Presidente Jeb Bush visitará la República de España y se echará una foto con Medvedev en la casa de campo del Primer Ministro Pablo Iglesias’
Todos felices y tan amigos, si al final… las alianzas por poder y dinero prevalecen sobre cualquier ideología.