Grecia no pagará
El actual gobierno griego presidido por Alexis Tsipras y dominado por la extrema izquierda de Syriza, no quiere pagar la deuda, porque se lo había prometido a sus electores. Es más, el gobierno de Tsipras tiene como objetivo destruir (lo dijo en la campaña electoral) los poderes económicos y fácticos europeos.
El actual gobierno griego presidido por Alexis Tsipras y dominado por la extrema izquierda de Syriza, no quiere pagar la deuda, porque se lo había prometido a sus electores. Es más, el gobierno de Tsipras tiene como objetivo destruir (lo dijo en la campaña electoral) los poderes económicos y fácticos europeos.
Grecia no pagará su deuda. Siempre lo he creído. Cuatro son las razones para reafirmarme en ello.
Primero.- No tiene capacidad económica para hacer frente no solo a su deuda, sino al pago de sus intereses. Grecia no es un país europeo normal, sino una enorme anomalía: viven como europeos, pero carecen de recursos en los tres sectores: primario, secundario y terciario. No tienen una administración de Hacienda para recaudar y el fraude fiscal está por las nubes.
Segundo.- Los griegos son “bizantinos”, que les gustan mucho los adornos, las palabrerías, pero les gusta mucho menos cumplir lo que prometen: hoy dicen una cosa y mañana otra, y van pasando los días, las semanas, los meses y… hasta los años.
Tercero.- El actual gobierno griego presidido por Alexis Tsipras y dominado por la extrema izquierda de Syriza, no quiere pagar la deuda, porque se lo había prometido a sus electores. Es más, el gobierno de Tsipras tiene como objetivo “destruir” (lo dijo en la campaña electoral) los poderes económicos y fácticos europeos. Se siente más cómodos con los rusos ex comunistas. ¡Lástima que los rusos no tienen dinero!
Cuarto.- El Ejército es el principal empleador de Grecia, un Ejército miembro de la OTAN y lleno de privilegios, con un presupuesto proporcionalmente muy superior al de prácticamente todos los países europeos, sin que exista una razón geoestratégica para ello, tras el hundimiento de la Unión Soviética y de su imperio comunista. Además, hay un pecado original de la troika y de la Unión Europea, que fue permitir que Grecia fuera un país que ingresara en la UE con trampas en sus presupuestos y tolerar no solo el endeudamiento original, sino incrementar este hasta niveles del 175 por ciento del PIB, y suma y sigue.
La crisis griega es una lucha entre teutónicos, galos y latinos contra bizantinos. Bizancio siempre ha tenido las de ganar, no en el campo de batalla, pero sí en el campo de las palabras, del embuste y del enredo. En estas crisis no suele ganar el más fuerte, sino el más listo.