THE OBJECTIVE
Jose Luis S. Saliquet

“El Alzheimer espiritual”

Nadie sabe si la idea era la burla o la petulancia, el desprecio, la chulería o la jactancia de un personaje mal educado que vio necesario reivindicarse comunista también frente al Papa.

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“El Alzheimer espiritual”

Nadie sabe si la idea era la burla o la petulancia, el desprecio, la chulería o la jactancia de un personaje mal educado que vio necesario reivindicarse comunista también frente al Papa.

“Francisco insto a los sacerdotes y obispos a no olvidar los orígenes humildes del catolicismo durante el acto de cierre de su visita a Ecuador, antes de viajar a Bolivia”.

Nadie sabe si la idea era la burla o la petulancia, el desprecio, la chulería o la jactancia de un personaje mal educado que vio necesario reivindicarse comunista también frente al Papa, ante quien alzó el puño maldito de la intolerancia roja al son de los acordes del himno. Quizás fueron todas ella, jamás la humildad.

La hoz y el martillo simbolizan el ateísmo más furibundo, bajo cuya egida millones de seres humanos asesinados explican sin sesgo alguno, la insensatez del regalo que el indio ofrendó, como muestra de “amistad”, al santo padre. Son tiempos donde en España “Arderéis como en el 36” se contextualiza, luego, qué más da.

¿Y al papa?

Es conocido el jesuítico sesgo que inspira y acerca al pontífice con la teoría de la liberación, contundentemente denunciada por Juan Pablo II, pero la boquiabierta cara de ayer del papa fue todo un poema, tras recibir de manos del sonriente indiano una hoz y un martillo con un «Cristo» clavados a él.

Blasfemia, dirían ayer. Yo no acierto a calificarlo. Quizás solo los actos del indiano pueden definirlo:
-Propuso asesinar a los caballos por ser herencia española.
-Anunció que comer pollo provoca la calvicie y la homosexualidad.
-Legisló para que niños de 10 años sean explotados y no formados en escuelas.
-Confiesa que no le gusta leer.

Los españoles Almagro y Pizarro mientras conquistaban, construían siempre dos cosas:
Una escuela y una iglesia.

Evo Morales pretendió ser un buen político siendo mejor profeta. Pero solo la industria de la coca y su empresa de ponchos prosperan.

“No me gusta leer, tengo ese problema” Evo Morales.

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