La ola
Llegó la ola. La de calor. Sí, entre todos nos ocupamos de lo nuestro, y al planeta que le den. Y tiene sus consecuencias este egoísmo ciego que nos está abrasando.
Llegó la ola. La de calor. Sí, entre todos nos ocupamos de lo nuestro, y al planeta que le den. Y tiene sus consecuencias este egoísmo ciego que nos está abrasando.
Llegó la ola. La de calor. Sí, entre todos nos ocupamos de lo nuestro, y al planeta que le den. Y tiene sus consecuencias este egoísmo ciego que nos está abrasando, y lo que queda.
Y la ola sigue. Si estas cerca del mar el calor y la humedad incomodan. Y siempre puedes darte un baño. Si estás en el interior, te agobias, y no es lo mismo una piscina que pillar las otras olas, las del mar.
Y estés donde estés, a la ola de calor le sumamos la ola de tensión política que no cesa. En esta campaña que no para, permanente, de desgaste, con mucha guerra sucia. Con mucho discurso fatuo. Y mucho miedo en los partidos de siempre. Y esperanza en los nuevos, aunque algunos podemos afirmar que forman parte ya del mismo paisaje.
La ola. La ola insoportable. Las olas. Que se hacen duras