Sonrisas y rodillas: ¿El fin del SIDA?
¿Será cierto que la ciencia está derrotando a esta pandemia? En estas miradas luminosas, en el arte casi anónimo del fotógrafo de agencia, en esas alegres rodillas, quiero creer que sí.
¿Será cierto que la ciencia está derrotando a esta pandemia? En estas miradas luminosas, en el arte casi anónimo del fotógrafo de agencia, en esas alegres rodillas, quiero creer que sí.
Miren esta foto. Es un juego de complicidades. Un cruce de al menos tres miradas. Nadie mira así al fotógrafo y nadie mira así a otro como si el fotógrafo no existiera si no se produjo antes el estado de gracia que da la humanidad del artista, o del periodista, o de las dos cosas suponiendo que son distintas. El fotógrafo es maltés y se llama Darren Zammit Lupi. La foto ilustra la noticia de que esta vez sí, puede que la ciencia esté derrotando al SIDA.
Me impactó la elegancia sutil de esta imagen combinada con la noticia. A veces quienes miramos fotos que ilustran noticias y tenemos que mirar ese diálogo y transformarlo en un trío con nuestra columna de opinión, nuestro “subjetivo”, sufrimos o gozamos un flash de reconocimiento, de identificación, de recuerdo.
Esto es lo que pensé: así, como en esta foto, era el mundo antes del SIDA. Abierto, sonriente, sin miedos.
No todo, claro. Había mucho miedo, pero venía de lo oscuro. De los violentos, de los sistemas que destruyen la vida y de sus servidores. En los ochenta, con el SIDA, apareció otro miedo antes impensable: el miedo al amor, al abrazo, al delirio del sexo libre, a tener un hijo. Afectaba a los que buscaban escapar del mundo o necesitaban intensificar sus placeres con la droga. A los que buscaban el encuentro desesperado de los cuerpos. Atacaba a los más vulnerables. Y condenaba cruelmente a los hijos.
Eran los ochenta. Se acababan las dictaduras y podíamos soñar con una vida sin balas ni desaparecidos. Pero ahora el golpe venía por lo menos esperado: La muerte venía por la vida. El SIDA puso en alerta a todo el mundo, y en África fue terrible. La mezcla de costumbres ancestrales, las enseñanzas nocivas de los guardianes de la moral, la pobreza, la ignorancia y el desprecio a la mujer dejaron una generación devastada.
¿Será cierto que la ciencia está derrotando a esta pandemia? En estas miradas luminosas, en el arte casi anónimo del fotógrafo de agencia, en esas alegres rodillas, quiero creer que sí.