Ni loco, ni psicópata. Periodista.
Vocación. Meterse en una trinchera y ver lo que pasa en primera línea es vocacional. No busquen ninguna otra explicación. Es que estén a punto de matarte tres veces. Una granada a menos de 2 metros, otra granada casi encima y el disparo de un francotirador acariciándote la mejilla. Y después de contar todo esto acaba diciendo: La guerra es así.
Vocación. Meterse en una trinchera y ver lo que pasa en primera línea es vocacional. No busquen ninguna otra explicación. Es que estén a punto de matarte tres veces. Una granada a menos de 2 metros, otra granada casi encima y el disparo de un francotirador acariciándote la mejilla. Y después de contar todo esto acaba diciendo: La guerra es así.
Alguna de las cosas que se han oído estos días por compañeros de profesión con respecto a los reporteros desaparecidos en Siria es pura basura. Pero lo dejo para el final.
Antonio Pampliega, José Manuel López, y Ángel Sastre han desaparecido en Alepo. Dejemos que trabajen las fuerzas de seguridad y que los traigan sanos y salvos. Dicho esto, hacer comprender el oficio al resto del mundo no es fácil. Hacer comprender a la gente como un día coges tus bártulos, saltas una frontera y te infiltras en zona kurda para contar de primera mano lo que ocurre en el frente Sirio con el ISIS. Contar lo perra que es la guerra.
Tampoco es fácil hacer comprender porque van como freelance porque la mayoría de los medios pagan fatal o no les cubren con seguros de vida y ellos siguen haciendo lo mismo. No es fácil.
Pero son gente de carne y hueso. Son periodistas de calle, que se juegan el pellejo por una crónica. No por fama ni dinero. Si fuera así me los traía a alguno de los programas a hacer entretenimiento. Tranquilos y seguros.
No son locos ni psicópatas. Son enfermos del periodismo. A Pampliega lo conocemos por “Infiltrados”, programa de investigación de Cuatro. Su penúltimo trabajo, no el último, los españoles que combaten a la yihad. Me acuerdo que en plena rueda de prensa se emocionó cuando contaba lo que sucedía allí: “Tienes que ir a un psicólogo tras ver tantos cadáveres y tanta crudeza. Estoy aquí por los sirios. Estoy sentado aquí porque me han salvado la vida muchas veces. Y quiero que se sepa lo que está ocurriendo”.
Vocación. Meterse en una trinchera y ver lo que pasa en primera línea es vocacional. No busquen ninguna otra explicación. Es que estén a punto de matarte tres veces. Una granada a menos de 2 metros, otra granada casi encima y el disparo de un francotirador acariciándote la mejilla. Y después de contar todo esto acaba diciendo: “La guerra es así”.
Ah, el final se me olvidaba. Una compañera nuestra ve indigno que se pague por periodistas desaparecidos y los tacha de irresponsables.
No comment. Pampliega, López y Sastre tampoco lo harían. Tienen más clase y cosas bastante más interesantes que contarnos. Ni locos, ni psicópatas. Periodistas de los buenos.