Telopideelcuerpo
Es insidioso. Al principio ni lo notarás. Sin darte cuenta se te ha metido bajo la piel, trazando un camino hacia lo más profundo. Cada vez más adentro. Allí se esconde.
Es insidioso. Al principio ni lo notarás. Sin darte cuenta se te ha metido bajo la piel, trazando un camino hacia lo más profundo. Cada vez más adentro. Allí se esconde.
Es insidioso. Al principio ni lo notarás. Sin darte cuenta se te ha metido bajo la piel, trazando un camino hacia lo más profundo. Cada vez más adentro. Allí se esconde. Se alimenta en silencio. Engorda a base de estímulos que recibe a través de tus sentidos. Se nutre de olores, de luces y sombras, estruendos y melodías.
Se llama deseo. Algunos lo llaman pasión. Para otros es necesidad. Algo llama tu atención, dentro o fuera -no importa- y, de repente, tienes que expresarlo: dentro o fuera, no importa. Algunos lo llaman arte. Otros, diseño. Tal vez, poesía. Música, quizás.
Lo llames como lo llames, es lo que te pide el cuerpo.
Puedes intentar olvidarlo. Pero sabes que es imposible. Así que cuídalo. Nútrelo. Préstale atención. Hazlo crecer. Suéltalo. Dale rienda suelta. Deja que te lleve. Sin miedo. Agárrate fuerte. Y acelera. Hacia adentro y hacia afuera. Lo que importa es no quedarse a medias.
Ahora para un momento. Escucha tu cuerpo. ¿Qué te pide?