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La amistad

La amistad que nace espontáneamente y debe cultivarse con generosidad, perdura a través de los tiempos y es la base de una sólida madurez, el fundamento de una vida más plena y deseable.

Opinión

La amistad que nace espontáneamente y debe cultivarse con generosidad, perdura a través de los tiempos y es la base de una sólida madurez, el fundamento de una vida más plena y deseable.

Que la amistad es la línea más corta que puede unir a dos personas es sabido desde siempre, y que es un vínculo que nace del afecto, el desprendimiento y la bondad también, lo que no sabíamos, aunque lo intuíamos es el hecho de que la ausencia de amistad es malo para la salud y según algunos sesudos investigadores hasta equivalente a fumar una cajetilla diaria de tabaco, toma ya.

La foto de dos niños que emergen entre la hojarasca, riendo, sanos, felices, con brillo en los ojos, nos retrotrae a nuestra infancia, ese “patio en el que jugamos antaño y en el que seguiremos jugando el resto de nuestra vida”.  Ese periodo de tiempo en el que se forja nuestro carácter y del que los griegos, que eran muy sabios ya dijeron hace dos mil años: “El destino del hombre es su carácter”.

Hablar de la amistad hoy parece anacrónico, obsoleto, como pasado de moda, y no digo ya si traemos a nuestras mesas la famosa obra de Cicerón “De Amicitia”. Pues nada más incierto.La amistad es una necesidad biológica, un imperativo moral y una exigencia de la propia especie.

La amistad que nace espontáneamente y debe cultivarse con generosidad, perdura a través de los tiempos y es la base de una sólida madurez, el fundamento de una vida más plena y deseable.

La amistad forja nuestro espíritu, nos hace ser mejores personas y nos proyecta en el mundo de nuestros semejantes con plenitud.

Es la amistad un valor tan noble y tan necesario que es la primera pregunta o de las primeras que un psiquiatra, como un servidor, hace nada más conocer a un paciente, y lo revela todo.

Pero la palabra “amigo” se ha desvirtuado por su mal uso, y hoy se habla con frivolidad de los amigos cuando se quiere decir conocidos, vecinos, compañeros,…etc.  Y así quien dice tener –muchos amigos- en realidad –no tiene ninguno-. 

La amistad debe ser selecta y exquisita, levantarse sobre una fuerte base moral y dar en ella más que recibir.

La foto que acompañamos con estas palabras lo dice todo.