Made in China
Quizá sea el momento de que los chinos reformen también su modelo político y se inspiren en el modelo político de democracia y libertad, de respeto de los derechos humanos, de países como en aquellos donde abrieron sus primeros bazares hace ahora 40 años.
Quizá sea el momento de que los chinos reformen también su modelo político y se inspiren en el modelo político de democracia y libertad, de respeto de los derechos humanos, de países como en aquellos donde abrieron sus primeros bazares hace ahora 40 años.
Muy lejanos quedan ya aquellos primeros bazares que a principios de los años 80 empezaron a aparecer en España con el famoso reclamo comercial del “todo a 100”. Hoy, apenas quedan unos cuantos de estos negocios. Ahora los jóvenes chinos que crecieron e incluso nacieron en nuestro país prefieren no continuar con la empresa familiar y apuestan por montar otro tipo de negocios de mayor cualificación.
Es indudable la enorme capacidad de adaptación y el espíritu empresarial que han demostrado tener muchos de estos ciudadanos chinos, de segunda generación, dentro de la economía y el mercado de nuestro país. Han pasado de los bazares de todo a cien pesetas a dirigir potentes empresas en sectores diversos: Alimentación, hostelería, distribución, inmobiliario, etc.
Pese a todo, la economía que disputa a EE.UU la primera posición en el ranking mundial ha visto temblar estos días sus principales indicadores macroeconómicos, con un duro correctivo a la baja de sus mercados. La Bolsa china ha caído un 27% en solo ocho semanas. El descenso parece estar impulsado por el debilitamiento de la confianza en la economía del país asiático.
Muchos analistas advierten de la necesidad de hacer reformas institucionales para que China pueda sumarse a la lista de naciones desarrolladas. El complejo y forzado sistema de economía de mercado socialista parece estar complicando el salto hacia un sistema de economía de mercado no intervenido por el Estado.
Mientras tanto, los chinos, siguen explotando otra de sus mejores bazas, copiando aquello que mejor funciona en las economías de los países occidentales. Lo último en este tipo de ‘inspiraciones’: Réplicas de ciudades. En esta fotografía se aprecia como en la provincia de Catón, al sur de China, han hecho una réplica, casa por casa y piedra por piedra, de la idílica villa austriaca de Hallstatt.
Quizá sea el momento de que los chinos reformen también su modelo político y se inspiren en el modelo político de democracia y libertad, de respeto de los derechos humanos, de países como en aquellos donde abrieron sus primeros bazares hace ahora 40 años.