España está en esta fotografía

La fotografía de la mujer morena, presumiblemente malagueña, vestida de flamenca con un entallado traje blanco y faralaes amarillos mira al suelo como pensativa en un gesto de alegría contenida.

A ver quién es el guapo que logra captar en una sola imagen la idea icónica de una nación entera ¿Cómo se puede representar el todo mostrando una parte? 

La sabiduría popular dice que “una imagen vale más que mil palabras”. A veces es así. La fotografía de la mujer morena, presumiblemente malagueña, vestida de flamenca con un entallado traje blanco y faralaes amarillos mira al suelo como pensativa en un gesto de alegría contenida. El detalle de los zapatos blancos a juego con los pendientes largos en la lejanía de su cabeza y el adorno del pelo recogido en un moño no es menos relevante que el equilibrado contraste del color oro del abanico abierto sobre el fondo rojo de la pared recién pintada. La española anónima de la imagen sonríe para sus adentros porque sabe que la Feria de Málaga está a la vuelta de la esquina. 

No es casualidad que el objetivo del artista haya elegido ese fondo que recuerda a la obra tardía de Mark Rothko. El encuadre de la fotografía nos lleva a pensar a los españoles inevitablemente en nuestra enseña nacional. A falta de una visión total de la bandera, las dos franjas visibles -gualda y roja- sugieren que en el horizonte superior pinta un cielo también del color de la sangre. 

Y es que España está en esta fotografía. España es femenina porque tiene nombre de mujer. Habrá quien diga que la sinécdoque de la mujer andaluza no es válida para representar a la mujer española. Del mismo modo podría decirse que ni todos los españoles somos toreros ni todos los españoles somos quijotes.Sin embargo, estas pequeñas partes configuran un todo singular y único reconocible como nuestra idiosincrasia.

Hay cuadros que parecen fotografías y fotografías que son cuadros.