Erecciones anticipadas
Nikita es joven y bella y no está dispuesta a esconder sus atributos porque se dedique a la política. Si la sigues en su blog o en sus redes sociales ofrece todas sus perlas. Claro que tanta perla te hace dudar de su arraigo y su compromiso político.
Nikita es joven y bella y no está dispuesta a esconder sus atributos porque se dedique a la política. Si la sigues en su blog o en sus redes sociales ofrece todas sus perlas. Claro que tanta perla te hace dudar de su arraigo y su compromiso político.
Acabo de ver el último capítulo de la 3ª temporada de la magnífica serie danesa Borgen cuando descubro a Nikita, danesa y conservadora juvenil henchida de gozo en su aparición en Christiansborg. Es normal que viendo sus fotos en las redes haya revolucionado el patio allende sus fronteras.
Nikita es joven y bella y no está dispuesta a esconder sus atributos porque se dedique a la política. Si la sigues en su blog o en sus redes sociales ofrece todas sus perlas. Claro que tanta perla te hace dudar de su arraigo y su compromiso político. La última entrada en su blog es un selfie con su última adquisición; un bolso rosa de Chanel con el que soñaba desde niña. Es bonito conseguir sueños, si llevan las C enlazadas tanto mejor. No está mal para una it girl, como candidata conservadora o liberal no lo tengo yo tan claro. Pero soy mujer, luego pensarán que estaré rabiando por su escote.
Confieso que no hablo danés y que su blog me lo interpreta un traductor automático rupestre, claro lo básico lo capto. Entendiendo de su paso de los Conservadores a los Liberales y su máxima; “si no vas a estar al 100 por 100 de acuerdo con tu partido que al menos lo sea al 85%.”
Me confieso perpleja, más aún después de ver Borgen donde la política de pactos y sus particularidades se explica en modo didáctico tan clara y meridianamente. Donde la aspirante a primera ministra es tan firme y tan justa, tan poco amante de florituras mediáticas y tan rigurosa en principios y escotes. Había puesto yo, que tengo alma vikinga, la política danesa en un pedestal y menudo despertar.
Está claro que Nikita no ve Borgen y también que Dinamarca no es el primer país donde un candidato se decide por el en pelotas para darse a conocer.
Así que Nikita, mon amour, ponte a la cola.