Como en Brasil
Una vez acabado el artículo, me acuerdo de algunos políticos, o así; españoles, o así, que han decidido que ellos no obedecen, pero que sus súbditos les tendremos que obedecer a ellos.
Una vez acabado el artículo, me acuerdo de algunos políticos, o así; españoles, o así, que han decidido que ellos no obedecen, pero que sus súbditos les tendremos que obedecer a ellos.
Todos los años me hago revisión médica. Voy a Pamplona y en la Clínica Universidad de Navarra me dan un repaso a fondo, que me deja tumbado durante unos días.
El diagnóstico de este año es muy sencillo e irrefutable: 82 años. Coincide prácticamente con el del año pasado: 81 años. Y con el del año que viene: 83.
Y de ese diagnóstico, que no he enviado desde mi iPad.
La ventaja de tener una hija médica es que tienes en casa como la gestora entre congresos de los partidos políticos. Estudia lo que me han dicho y lo vigila. Hasta la próxima revisión.
El otro día, yo estaba leyendo en un sillón muy cómodo. Eso que se llama «mi sillón». Llegó mi hija. Es un poco exagerada y radical. Me dijo, en bastante mal tono, que muchas pastillas y muchas inyecciones, pero que si no andaba media hora, lo demás no servía para nada. Y que a andar se aprende andando y que ya va siendo hora de obedecer a lo más importante: andar.
De repente, estoy en Brasil, donde me dicen que el regreso de vacaciones se considera como el mejor momento para tomar decisiones importantes. La noticia intenta ayudarme sugiriendo posibilidades: adelgazar (no me interesa) viajar (no es una prioridad), organizar finanzas (de eso se ocupa mi mujer), mudarse de piso (estoy bien donde estoy).
…Y hacer deporte. ¡Ahí está mi media hora de andar! Ya he empezado. Realmente, la llegada de la noticia de The Objective me ha pillado andando. He interrumpido, he escrito el artículo y me voy al monte, a continuar, que me faltan 20 minutos.
Me cuesta. No me apetece. Pero, en esto, y en muchas cosas, mi hija, transmutada en mi médica, manda.
Y alguna vez hay que obedecer.
P.S.
Una vez acabado el artículo, me acuerdo de algunos políticos, o así; españoles, o así, que han decidido que ellos no obedecen, pero que sus súbditos les tendremos que obedecer a ellos.
¿Y si los mandásemos a Brasil?
……..
¿Y si no volvieran?